¿Qué clases de biocombustibles podem encontrar? Descubre la clasificación de los diferentes biocarburantes que existen…
Energía sostenible
¿En qué consisten los biocombustibles?
Una de las grandes alternativas a los combustibles fósiles como la gasolina o el gasoil la ofrecen los biocombustibles. Se habla mucho de ellos, pero la mayoría de la gente no sabe exactamente qué son, cómo se obtienen o con qué ejemplos de biocombustibles se puede topar en su día a día. Por eso, a continuación vamos a definir los biocombustibles, aunque su nombre ya nos da alguna idea, y descubriremos los usos más habituales de estos biocarburantes, nombre con el que también podemos definirlos.
Características de los biocombustibles
Los biocombustibles son los combustibles sólidos, líquidos o gaseosos producidos a partir de biomasa, y son un excelente sustituto de los combustibles fósiles. Actualmente, la mayoría de los biocombustibles que encontramos en el mercado se elaboran a partir de plantas(soja, maíz, caña de azúcar, mandioca, girasol, eucalipto, palmeras, pinos, aceite de alga); y por su carácter renovable se consideran una energía limpia. Las emisiones de contaminantes de los biocarburantes son inferiores a las de los combustibles convencionales.
Hay tres grandes tipos de biocombustibles. Los biocombustibles de primera generación tienen su origen en los cultivos agrícolas para obtener productos de consumo humano, como el azúcar, el almidón, aceites vegetales (aceite de palma) o las grasas animales. A partir de la gran demanda de biocarburantes surgen los biocombustibles de segunda generación, obtenidos a partir de biomasa lignocelulósica (leñosa o fibrosa). Esta biomasa no está destinada a la alimentación, o son sobras (tallos, virutas de madera, cáscaras...).
Finalmente nos encontramos con los biocombustibles de tercera generación, procedente también de productos no alimenticios o deshechos, y que incluye las microalgas. Se obtienen a partir de técnicas de biología molecular. Entre los ejemplos de biocombustibles más populares podemos destacar el bioetanol, obtenido a través de la fermentación alcohólica de los azúcares presentes en algunas especies vegetales o el biodiésel, generado a partir de aceites vegetales cultivados específicamente para este fin.
¿Para qué se utilizan los biocombustibles?
Aunque también se pueden utilizar para generar energía eléctrica o calórica en centrales, el uso más destacado de los biocombustibles es el de alternativa a los combustibles convencionales. Eso sí, hay que coger este uso con pinzas ya que los biocombustibles no tienen las mismas características que el gasoil o la gasolina de ahí que el número de vehículos que utiliza biocarburantes en nuestro parque móvil todavía sea muy escaso. Esto no implica que los biocombustibles no estén presentes en nuestras vidas, pero lo hace de forma minoritaria.
Por ejemplo, a la hora de llenar el depósito del coche con gasoil vemos que un 7% del diésel que repostamos es un biocarburante, fruto de la adición de los biocombustibles al diésel tradicional con el objetivo de mejorar el carburante final. Hay casos en los que podemos aumentar el uso de estos biocombustibles, aunque es cierto que antes hay que introducir una pequeña modificación en el motor del vehículo para que pueda funcionar correctamente con un combustible alternativo al diésel o la gasolina para los que está diseñado el propulsor.
Más allá del uso en los motores de combustión, hay biocombustibles como el biogás con un uso que se ha extendido mucho más, y en ciertos ámbitos ya es un sustituto del gas natural. Uno de los usos más comunes del biogás es en las plantas de gestión de residuos, donde el propio biogás se utiliza en la producción de más biogás que permite la generación de electricidad o calor. A parte de estos biocarburantes más o menos populares se investiga el futuro de nuevas opciones como el biobutanol o el biopropanol, que podrían ofrecer nuevos usos de cara a un futuro libre de combustibles fósiles.
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