Ecología

Características de los páramos: tipos, clima, flora y fauna

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Uno de los recursos más preciados en el medioambiente es el agua, que generalmente tiene su origen en los páramos, unas zonas extensas y montañosas situadas por encima de los 3.000 metros de altitud que son un auténtico santuario de agua dulce. Esta llega a las poblaciones situadas a altitudes inferiores a través de los ríos, convirtiendo este bioma en uno de los puntos clave para una correcta gestión del agua. Si nos vamos al ámbito geográfico, los encontramos en zonas altas y cumbres de latitudes tropicales, entre bosques cerrados y zonas de nieve permanente.

Seguramente, los más conocidos sean los de la zona norte de los Andes, en países como Ecuador, Colombia, Perú o Venezuela, aunque encontramos estribaciones que llegan hasta Panamá o Costa Rica. En África tenemos el macizo etíope y las montañas de Kenia, Uganda o Tanzania, como el Kilimanjaro, que da lugar al llamado ecosistema afro-alpino. También en puntos de Oceanía o Asia encontramos páramos, aunque de una menor relevancia que en América o África. Eso sí, sus límites geográficos no siempre están definidos.

¿Cuántos tipos de páramos podemos encontrar?

Como es habitual en todos los biomas, la altitud y temperatura nos permiten diferenciar entre los diferentes tipos de páramos, aunque en esta ocasión la diferencia está marcada por su ubicación: en el flanco bajo del páramo en sí nos encontramos con el subpáramo, mientras que en el otro flanco nos encontramos con el superpáramo. Si nos centramos en el páramos en sí, vemos que tienen una temperatura media de 5ºC.



En la parte baja hemos dicho que encontramos el subpáramo, donde la temperatura media alcanza unos 10ºC y encontramos una abundante y frondosa vegetación. Está junto a zonas boscosas, de ahí que sea común encontrar una gran cantidad de arbustos y de árboles bajos. Por su parte, el superpáramos está en la parte alta del páramo, y en algunos puntos se considera tundra. La temperatura media no pasa de los 2ºC, de ahí que la vegetación esté compuesta generalmente de líquenes, musgos y pequeños arbustos, aunque podemos encontrar vegetación abierta o pastizales.

Flora y fauna de los páramos

Debido a la altitud de los páramos y a un clima donde reinan los fríos vientos, la nieve o la neblina la mayoría de días la vegetación ha tenido que adaptarse para hacer frente a estas condiciones. Así, por norma general encontramos arbustos de hoja pequeña y dura, capaz de mantenerse verde todos los años. Están adaptados para soportar un suelo muy pobre en nutrientes, una sequía que puede ser muy dura o la alta radiación solar a la que deben hacer frente debido tanto a su latitud como a la altitud.

Se trata de una vegetación abierta, donde además de arbustos encontramos gramíneas, hierbas o rosetas gigantes. También puede haber árboles enanos, de hoja perenne, plantas herbáceas y como hemos dicho en las partes altas de estos páramos no es de extrañar encontrar musgos, líquenes o pastos. En la zona baja también es posible que la vegetación del páramo se combine con la de los bosques que hay situados a altitudes inferiores, y que llegan a su fin cuando alcanzan determinada altitud.

Por último, no podemos hablar de una fauna característica de los páramos ya que generalmente los animales están aquí de paso, y prefieren otras clases de biomas, a una menor altitud, para vivir. Aún así, los animales que se mueven por los páramos también se han tenido que adaptar a las extremas condiciones de vida que se dan en ellos, especialmente al frío y la radiación solar. Aves como las palomas, osos, patos, venados, anfibios, roedores o reptiles están entre las especies que podemos encontrar ocasionalmente en los páramos.

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