Naturaleza

Degradación del suelo: tipos, causas, consecuencias y soluciones

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Según la FAO y el PNUMA, la degradación es un proceso que disminuye la capacidad actual y potencial del suelo para producir bienes o servicios. Hoy en día, es un problema que afecta muchas regiones del planeta. Sin embargo sus causas son variadas ya que responden a factores específicos de cada zona. Indudablemente, se trata de una de las causas principales de la desaparición de los ecosistemas. Por ello, vamos a analizar cómo se produce y qué soluciones hay al respecto.

Primero de todo, ¿qué es el suelo?

Antes de adentrarnos en este tema, nos viene bien hacer un breve repaso de qué es el suelo y de qué se compone. En primer lugar,  el suelo es la capa superficial y de espesor variable que recubre la corteza terrestre. A su vez, esta procede de la meteorización mecánica o química de la roca preexistente. El primer horizonte (capa del suelo) es rico en materia orgánica y pobre en sales minerales. Después, en el segundo horizonte, encontramos una capa rica en sales minerales y el tercero da paso a la roca madre.

Tipos de degradación del suelo

Hay varios tipos de degradación del suelo, entre los que se encuentran la degradación química (pérdida de fertilidad, contaminación, salinización, alcalinización, etc.), la degradación física (pérdida de la estructura del suelo por compactación o erosión), y la degradación biológica (pérdida de humus debido a la falta de organismos descomponedores).

Causas y consecuencias

Las causas de la degradación pueden ser naturales (como el clima o la topografía) o antropogénicas (que derivan de la acción del ser humano). Las causas antropogénicas más comunes son la deforestación, el sobrepastoreo, la agricultura extensiva, la mala gestión de los residuos, la sobreexplotación de los recursos hídricos, la minería a cielo abierto y la construcción. Estas prácticas tienen como consecuencia la pérdida de nutrientes, el deterioro de su estructura, la modificación de la capacidad de retención de agua y el aumento de la toxicidad de los suelos.

En otras palabras, se produce una transformación físico-química del suelo que puede acabar definitivamente con su productividad. El suelo produce bienes y servicios necesarios para el ser humano y es uno de los pilares fundamentales de la vida. Si los suelos desaparecen, también lo harán los ecosistemas y los recursos.

Soluciones

Los suelos degradados pueden recuperarse incorporando materia orgánica y mejorando el pH del suelo. Por un lado, se puede incorporar materia orgánica mediante fertilizantes orgánicos, enmiendas orgánicas, etc. Por otro, se puede mejorar el pH del suelo añadiendo cal viva o caliza, si el suelo es ácido, y compuestos acidificantes, si el suelo es alcalino. Esto incrementa la porosidad del suelo, mejora su estructura y aumenta su capacidad de retención de agua.



Pero la raíz de la solución de este problema se encuentra en su prevención. Los suelos se forman muy lentamente y, por ello, se debe velar por su conservación y protección. Para conseguirlo, se debe tener el apoyo de políticas bien orientadas. Una de estas políticas es el proyecto de la Unión Europea RECARE (Preventing and Remediating degradation of soils in Europe through Land Care), que propone medidas de prevención, remediación y recuperación del suelo.

En conclusión, el problema de la degradación del suelo es realmente preocupante porque los suelos son indispensables para mantener la biosfera y regular el clima. Sin suelos, tampoco hay recursos que pueda utilizar el ser humano. Por consiguiente, debemos ser conscientes de los tipos de degradación que hay, cuáles son sus causas y consecuencias, y cuáles son las posibles soluciones.

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