La sequía es uno de los problemas más graves del medioambiente. Esto ocurre cuando la disponibilidad de agua se sitúa por debajo de lo habitual en un área geográfica. En España, por ejemplo, se debe al gran despilfarro hídrico según alerta WWF España. La falta de agua supone un riesgo muy grave para nuestro hábitat ya que todo ser vivo se queda sin agua (animales, plantas, personas). Por ello, vamos a contarte cuáles son las causas y las consecuencias de la sequía.
La principal razón de la aparición de la sequía es la ausencia de lluvias abundantes. Sin embargo, el ser humano también tiene parte de culpa ante este problema. Por ello, podemos decir que parte de estas causas son la sobreexplotación de la tierra, el cambio climático, la deforestación, etc.
Las consecuencias son evidentes: deshidratación, malnutrición, pérdida de la biodiversidad, daños al hábitat, entre otras. En pocas palabras, nos encontramos con un problema que afecta a nivel mundial. Existen varios tipos de sequía: meteorológica, agrícola e hidrológica.
La sequía es un problema que se prevé que va a ir a peor, con el paso del tiempo según el último informe de la ONU. De momento, las zonas más afectadas son el cuerno de África y países cercanos al Ecuador.
Cuando este fenómeno se hace crónico, provoca una escasez que deriva en desertificación. El suelo fértil y productivo pierde totalmente su función de producción.
La sequía crónica causa, inevitablemente, la pérdida de los ecosistemas. Por ende, la desaparición de las especies que lo habitan. Con bastante frecuencia, cuando se habla de sequía se habla de los desiertos y lugares erosionados. Sin embargo, Greenpeace, en su informe sobre la sequía, detalla que la peor parte se la lleva los ecosistemas más abundantes hídricamente hablando. Por ejemplo, en los pantanos la situación es más dramática cuando hay sequía. Esto responde a que se desencadenan una serie de desequilibrios que afectan a todas las especies.
De hecho, como ya hemos apuntado en otras ocasiones, cuando una especia desaparece, todas las especies con las que tenía algún tipo de relación se ven afectadas. Esto ocurre ya que entre las especies existen relaciones interespecíficas que son fundamentales para establecer un equilibrio en el ecosistema. Cuando hay sequía extrema, los hábitats cambian drásticamente y los individuos perecen por falta de adaptación.
No es casual que los países más pobres son, a su vez, los que más padecen la falta de agua y sequía extrema. Y es que es causa y efecto. Por un lado, la falta de agua conlleva la erosión y el empobrecimiento del suelo. Por ende, falta de alimentos ya que la propia naturaleza no es capaz de dar suficientes recursos.
Por otro lado, la falta de alimentos se hace tan evidente que los habitantes se ven obligados a migrar masivamente. Sin embargo, lo más grave es que la desnutrición exacerbada provoca el aumento de las enfermedades. Indudablemente, la sequía está siendo uno de los grandes protagonistas del calentamiento global. No solo por la situación en sí sino porque en según UNICEF, cerca de medio millón de niños sufren de malnutrición. Así mismo, cerca de 5 millones de personas conviven crónicamente con la sequía, lo que les de una esperanza de vida inferior los 40 años.
En definitiva, son muchas las consecuencias de la sequía. Por ello, muchos gobiernos y organizaciones hacen esfuerzo ingentes para hacer frente a ello. Aquí puedes descubrir las soluciones a la escasez de agua que existen en la actualidad.
¿Y tú, te animas?