Cuando en más de una ocasión nos hemos referido a la importancia de la biodiversidad como una fuente de recursos para el ser humano, no sólo hacíamos referencia a una gran cantidad de especies distintas de seres vivos, sino también a la variedad de ecosistemas diferentes que encontramos en el medioambiente. Porque, si hay una de entre todas las características de los ecosistemas naturales que merece ser destacada es esa capacidad de ofrecer bienes esenciales para nuestra vida como agua, alimentos, materias primas, entre otros.
Los ecosistemas naturales son la Ecología lo que los átomos a la Biología, es decir, su unidad de trabajo, estudio e investigación. Son sistemas complejos que se pueden analizar poniendo el foco en alguno de sus elementos concretos o en sus interrelaciones internas, que es el enfoque ecológico. Tres son los asuntos esenciales que analizar:
No hay que complicarse mucho con su definición, los ecosistemas naturales son aquellos que surgen sin la intervención del hombre. Se desarrollan de manera espontánea y sufren transformaciones por efecto de cambios en los agentes naturales que les condicionan: clima, temperatura, lluvias, erosión del suelo…
Técnicamente, la expresión ecosistemas naturales alude a la comunidad de seres vivos que interactúan entre sí y relacionándose en un ambiente determinado sin mediación humana. Comparten un biotopo (condiciones físicas como clima, altura o substrato) en una zona determinada.
Claro que si la premisa es que no haya influencia alguna del hombre, se podría decir que no existen salvo una idílica isla virgen aislada. Sin embargo esto no es así y ejemplos de ecosistemas naturales hay infinidad. Algunos de los más perfectos y hermosos que existen son las Islas Galápago o las Azores. También los Bosques de laminariales (algas gigantes) de Alaska o los arrecifes de coral de Belice.
Si quisiéramos centrarnos en el mayor de todos ellos, habría que citar la ecosfera, que no es otra cosa que el ecosistema que abarca todo el Planeta y comprende todos los seres vivos que lo habitan, incluyendo también las relaciones con el ambiente inerte de la Tierra. Todos los demás ecosistemas están incluidos dentro de ella. También podemos movernos al otro extremo y elegir un mini ecosistema natural como es el de una fruta que se está pudriendo.
Hay una enorme variedad de ecosistemas. Aunque todos los llamados naturales pueden agruparse en dos categorías:
La Naturaleza es sabia, eso ya lo hemos oído. Su sabiduría consiste en saber adaptarse a las distintas circunstancias, quizá sea esta la más importante de las características de los ecosistemas naturales.