Cuando hablamos de medioambiente, todos tenemos presente la idea de que la vida, tal y como la conocemos en nuestro planeta, surge en agua. Sin embargo, es en los ecosistemas terrestres en los que detectamos mayor diversidad y riqueza biológica, pese a que apenas representan el 20% de los ambientes de la Tierra. ¿Cuáles son las principales características de los ecosistemas terrestres? ¿Qué les hace tan especiales?
Antes de nada, dejamos unos datos que ponen de relieve la importancia de cuidar los ecosistemas terrestres, profundamente necesitados de una verdadera política sostenible. La vida humana está intrínsecamente relacionada con estos entornos, cuya degradación afecta directamente al 75% de las personas más desfavorecidas. Las tierras de cultivo se están perdiendo un ritmo 30 veces más rápido en las últimas décadas, de las más de 8.300 especies animales terrestres el 22% está en riesgo de extinción inminente y la desertificación se lleva 12 millones de hectáreas anuales, en las que se podrían cultivar 20 millones de toneladas de cereales. ¡La cifras hablan por sí solas!
Es evidente que al referirnos a los ecosistemas terrestres estamos hablando de aquellos que se desarrollan en la superficie del Planeta, cuyo medio es la tierra. Pero, el tema es mucho más complejo porque en estos entornos confluyen numerosos factores (el aire, la disponibilidad de agua, la cantidad de radiación solar que reciben, los nutrientes de su suelo, la altitud o la temperatura).
Las posibles combinaciones entre estos elementos son las que dan lugar a la enorme variedad biológica que caracteriza a los ecosistemas terrestres. Los típicos ejemplos de ecosistemas terrestres son buena muestra de esta diversidad, pues podemos citar desde la Amazonía, prototipo de la selva tropical y uno de los biomas con mayor riqueza, a la Antártida, representante del desierto polar, pero que es capaz de albergar grandes mamíferos.
Aunque ya hemos subrayado que la diversidad es una de las principales características de estos hábitats, eso no impide que se puedan clasificar. Hay otros criterio para establecer esa división, pero el más completo y aceptado es el que se basa en la flora y fauna de los ecosistemas terrestres y que establece 5 grandes tipos:
Preservar esta heterogeneidad, que es la principal de las características de los ecosistemas terrestres, ¡es deber de todos y cada uno de nosotros!