Las capas superiores del suelo son aquellas que contienen todo lo necesario para la sustentación de la vida. Preservarlas es imprescindible para la naturaleza y para el ser humano. Los bosques pierden terreno ante este fenómeno, y las tierras de cultivo pierden su productividad. Esto conlleva la infertilidad total de la tierra, y con ello la desertificación o desertización.
Es el movimiento de material de un lugar a otro por procesos naturales. Se da en ríos, donde la corriente arrastra poco a poco rocas y arena corriente abajo. Un ejemplo más visible son los desiertos, donde el aire desplaza la arena de las dunas, haciendo que estas avancen lentamente.
Pero no debes confundirte, el hecho de que sea un proceso natural no significa que siempre deba ocurrir.
Existen muchas maneras de provocar la erosión del suelo. Las hay naturales, por supuesto, como la que ocurre en ríos y desiertos (y en muchos más sitios). Sin embargo, las causas más dañinas vienen de la mano de la actividad humana, como:
Una vez desaparecida la cubierta vegetal, el viento o las lluvias se encargan de arrastrar las capas superiores de tierra. Así, quedan al descubierto aquellas capas que no pueden sustentar vida. Ya sea por falta de nutrientes o porque las semillas se concentraban en las superiores.
Sea cual sea la causa, el siguiente ciclo de vida tendrá un suelo más pobre.
Enlazando con el punto anterior, así comienza el proceso de pérdida de suelo fértil. Esta pérdida comienza con cultivos que son cada vez menos productivos. También se manifiesta en la retirada de los bosques hacia su centro. Sea como fuere, a largo plazo ese terreno será completamente baldío. Así, solo quedará sitio para los ecosistemas desérticos.
Esto supone que, a largo plazo, la producción de alimentos, de madera, o la extracción de aguas subterráneas, para consumo o riego, se perderán.
También conllevará la pérdida de especies vegetales y animales necesarias no solo para consumo. Por ejemplo, aquellas de las que se extraen principios activos para medicamentos.
En algunas zonas, además, puede ser causa de catástrofes naturales. Los bosques son la principal barrera contra riadas y corrimientos de tierra. Los árboles frenan el avance del agua, y los suelos con vegetación absorben una mayor cantidad de esta. Así, tras una lluvia torrencial, el bosque se quedará con buena parte del impacto.
Igualmente, ante los corrimientos de tierra, las raíces son el principal sostén del suelo. Sin ellas, el peso del agua puede provocar un corrimiento similar a una avalancha de nieve. Sin embargo, este corrimiento será de tierra y rocas.
¿Crees que faltan motivos para preocuparse por este fenómeno?