A todo el mundo se nos ha ocurrido plantar un árbol alguna vez. Incluso es una de esas famosas «cosas que hay que hacer antes de morir». Sin embargo, ¿sabías que plantar un árbol tiene mucho más valor más allá de lo anecdótico y lo simbólico? Personas de todo el mundo se han puesto en marcha para plantar no solo un árbol, sino muchos. ¿El motivo? Ayudar a la reforestación y, con ella, al medioambiente.
La reforestación es el proceso de restaurar los bosques. Se trata del repoblamiento o establecimiento de especies vegetales con fines medioambientales. De esta forma, se intenta repoblar zonas que antes estuvieran cubiertas por bosques que hayan sido eliminados por diversos motivos.
La deforestación es el proceso por el que desaparecen los bosques, principalmente por acción humana. Sus principales causas son la tala de árboles por su explotación o la de su territorio y los incendios. La deforestación, así, provoca serios daños al hábitat, tanto por la erosión como en los niveles de contaminación. Por este motivo, no es de extrañar que cada vez más gente se haya propuesto la restauración de estas zonas boscosas. La importancia de la reforestación para el medioambiente pude apreciarse de varias maneras:
Como bien sabrás, los árboles absorben el dióxido de carbono de la atmósfera para convertirlo en oxígeno mediante la fotosíntesis. De hecho, está calculado que un árbol de tamaño medio puede proporcionar oxígeno durante un año para cuatro personas. Las actividades de deforestación nos están llevando a una gradual escasez de plantas y a un acumulamiento de la contaminación. Por ese motivo, la reforestación es importante, pues ayuda a equilibrar el balance entre oxígeno y dióxido de carbono.
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Los bosques mantienen el ciclo del agua a través de la fotosíntesis. La absorción y liberación del agua de lluvia permite un ambiente húmedo en donde puede desarrollarse la vida. La transpiración de las hojas también ayuda a restaurar la humedad atmosférica, impidiendo la erosión y el calentamiento global. De este modo, la importancia de la reforestación para el medioambiente radica en que permite regular nuestro clima.
Aparte de ser los pulmones del planeta y regular nuestro clima y humedad, los árboles tienen otra función ecológica importante. Precisamente, gracias al oxígeno y la humedad, los bosques se convierten en el hogar de numerosas especies animales y vegetales. De esta forma, la reforestación puede convertirse en una clave para la protección de la biodiversidad.
Los bosques son una valiosa fuente de recursos. La madera, el papel, la biomasa, etc. todos ellos son productos derivados de los propios bosques y, sin ellos, no existirían. A su vez, la explotación de estos recursos proporciona empleos para las personas, es el sector primario de nuestra economía. Si bien la deforestación es un problema derivado de esto, la falta de una reforestación responsable es todavía peor. La falta de una repoblación de árboles exige la continuada explotación de nuevas zonas. Por este motivo, una reforestación controlada permitiría una explotación de recursos renovable y que no dañe al medioambiente.
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Como ya has visto, la reforestación es un proceso de suma importancia para el medioambiente. Sin embargo, no es suficiente con ir al monte a plantar árboles, sino que es necesario ser responsable con ello. Por este motivo, si deseas plantar uno o varios árboles, existen numerosas asociaciones que te pueden aconsejar. De esta forma, tu aporte podrá ser una huella duradera en la conservación de nuestro medioambiente.