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La agricultura ecológica, también llamada agricultura orgánica, se basa en el cultivo de productos mediante productos orgánicos y sin necesidad de utilizar productos químicos que puedan llegar dañar el medioambiente. Sin embargo, existen diferentes tipos de agricultura ecológica que poseen características diferentes a la hora de cultivar los productos.
La agricultura industrial que encontramos en la actualidad utiliza una serie de procesos y productos sintéticos para aumentar el rendimiento de sus cosechas y mantenerlas a salvo de cualquier peligro que exista. Sin embargo, esto conlleva grandes problemas de contaminación, por lo que es imprescindible cambiar hacia un modelo de cultivo ecológico y sostenible que nos permita mantener nuestra alimentación sin suponer una amenaza ambiental.
Aquí podemos encontrar las diferentes modalidades de agricultura ecológica que existen. Cada una de ellas posee unas formas de cultivo, con procesos dispares y unas características definidas.
La permacultura es algo más que un modelo de agricultura ecológica, aunque la parte agrícola es una rama fundamental. La permacultura, cuyo nombre proviene de "Cultura permanente", es una forma de diseño agrícola, social y económica que busca encontrar un sistema integrado evolutivo de plantas y especies de animales útiles para el hombre.
Los autores de esta corriente, Bill Mollison y David Holmgren, definieron su concepto como el diseño de paisajes que imitan los patrones y relaciones de la naturaleza, a la vez que ofrecen alimentos, fibras y energías abundantes para las necesidades de las personas locales. Se trata de recrear ecosistemas y formas de hábitat idóneas de forma ética y sostenible.
La agricultura biodinámica es un tipo de agricultura ecológica que tiene en cuenta la interrelación de las energías que afectan a la Tierra como la Luna, planetas o estrellas, con los animales, las plantas y el suelo. Todo esto define su proceso de cultivo, en el que, por ejemplo, se determinan las fechas concretas idóneas para determinar la siembre o recolecta de la cosecha según el tipo de producto.
El creador de este modelo, Rudolf Steiner, basa este modelo ecológico en algunos puntos clave como son la creación de técnicas y nutrientes sanos, el reciclaje, producción descentralizada y otros conceptos biodinámicos. Una de las diferencias con otras agriculturas ecológicas es la utilización de preparados vegetales y minerales como complemento al compost utilizada como fertilizante.
La agricultura natural, también conocida como el método Fukuoka, es un modelo de agricultura más tradicional que existe, ya que consiste en volver a los orígenes de la humanidad, donde los hombres consumían los productos que les ofrecía la naturaleza sin necesidad de cultivarlos.
El método Fukuoka, se conoce así por su gran propulsor, Masanobu Fukuoka, en el que no interviene la mano del hombre en ningún momento durante el proceso de formación de los productos. Para ello, es necesario dotar a la tierra de las condiciones necesarias para el cultivo idóneo y después dejarla que trabaje para que ofrezca los mejores resultados por sí sola.
Otra clase de agricultura ecológica que podemos encontrar en la agricultura sinérgica. Este modelo de cultivo tiene como principio fundamental que la tierra permite que las plantas crezca, y estas a su vez permite que la tierra sea fértil, debido a los exudados de las raíces, la actividad química natural que se produce y a los diferentes microorganismos que posee como los hongos o las bacterias.
La agricultura sinérgica fue desarrollada por Emilia Hazelip, cuya teoría defiende que, después de la recolecta de los productos no es necesario reponer mediante compost ni abonos orgánicos el suelo, ya que son los microorganismo vivos los que se encargan de aportar los nutrientes necesarios al suelo.