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Aunque a día de hoy se ha convertido en una propuesta algo discutida dentro de la agricultura ecológica, la agricultura biodinámica es una tendencia que comenzó en Europa en el año 1924. Te explicamos qué es la agricultura biodinámica, a continuación.
La agricultura biodinámica tiene su origen en las teorías filosóficas del filósofo austriaco Rudolf Steiner, que formuló un tipo de filosofía cósmica basada en los métodos biodinámicos, y que difundió a través de varios seminarios y conferencias.
Y fueron precisamente las personas que asistieron a estas conferencias, allá por el año 1924, y agricultores en su mayoría, quienes se encargaron de convertir esta teoría filosófica en un método válido para aplicar en la agricultura. Y a día de hoy, se calcula que alrededor de 5.000 agricultores practican este tipo de agricultura sostenible en todo el mundo.
En la agricultura biodinámica el suelo se vuelve el componente principal, pues toda la vida que existe en el planeta depende directamente de él. En este sentido, los agricultores que defienden la agricultura biodinámica conciben el suelo y las granjas como unas entidades orgánicas que contienen organismos independientes.
Por ello, en la agricultura biodinámica se defiende la integración de los cultivos y la ganadería, el reciclaje de los nutrientes, la salud de los cultivos y de los animales, así como el mantenimiento del suelo.
Como sistema de producción agrícola, la biodinámica contempla el campo de cultivo como un organismo vivo. Por ello, priman los principios de diversificación, reciclaje, exclusión de químicos, producción local, así como el uso de sustancias vegetales, animales y minerales expuestas a ritmos naturales (los llamados preparados biodinámicos).
Por ello, y aunque se pueden enumerar una larga lista de métodos de cultivo en la agricultura biodinámica, hay que destacar que este método de cultivo se basa, sobre todo, en los abonos verdes y en la rotación de cultivos.
La agricultura biodinámica tiene una serie de características fundamentales que enumeramos a continuación:
En la agricultura biodinámica se permite la fertilización del suelo, pero exclusivamente a través de aportes de materia orgánica como el compost obtenido a través los residuos agrícolas, los abonos verdes, el estiércol o los residuos domésticos.
Según defiende la agricultura biodinámica, es conveniente favorecer la diversidad de los cultivos en el tiempo y en el espacio, y esto sólo se consigue con el establecimiento de largas rotaciones que permiten la alternancia de especies vegetales en la tierra.
Además, con la rotación de cultivos se evita que dos cultivos iguales se encuentren en la misma parcela de suelo con intervalos de tiempo demasiado cercanos. Pero, además, impide el desarrollo de enfermedades o parásitos en las plantas.
Otro principio de la agricultura biodinámica es considerar a los animales de las granjas como socios, a los cuales el hombre debe criar y no utilizar como máquinas de producción de carne o de leche. Por ello, los ganaderos deben respetar siempre la integridad de sus animales. Este es uno de los aspectos que se tiene en cuenta en los diferentes métodos de agricultura ecológica y que la biodinámica considera especialmente.
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Otro principio esencial en la agricultura biodinámica es el respeto a los ritmos del día, del ciclo lunar, y también a los ritmos que establecen las estaciones del año. Y es que, según esta filosofía, existe una influencia cósmica en la vida de las plantas y de los animales. Por ejemplo, la ciencia ha demostrado que la luna influye en el mar y en los océanos a través de las mareas.
Noventa años después del inicio de la agricultura biodinámica, se ha demostrado que este tipo de agricultura brinda beneficios muy positivos al medioambiente, a la alimentación animal y humana, así como a la resolución de algunos de los problemas que afectan al suelo.