Los materiales que usamos normalmente y a los cuales se les acaba el uso se denominan residuos. Estos residuos se transforman en un producto inservible, llegando a no tener ningún valor económico. Dichos productos pueden arrojarse a vertederos o pueden reciclarse para alargar su nivel de vida. Indudablemente, los más comunes son los residuos sólidos. Por ello, nos centraremos en ver qué son, como se clasifican y te daremos algunos ejemplos. ¡Allá vamos!
A grandes rasgos, los residuos pueden ser de tres tipos: sólidos, líquidos y gaseosos. Según varios estudios, se concluye que los sólidos son los más problemáticos ya que ocupan mucho espacio. Por ello, se habla de problemas de movilidad o de ubicación.
Generalmente, estos residuos se producen especialmente en las zonas urbanas y las zonas de influencia. Es decir, suelen producirse en domicilios, en tiendas o en oficinas. Entre todos estos productos sólidos generados existe el papel usado, un envase de cartón o una botella de vidrio.
En cuanto a su clasificación, podemos decir que existen los peligrosos y los que no lo son.
Entre los peligrosos, están los que pueden suponer un peligro para el ser humano o para el medioambiente. Esto se debe a sus propiedades corrosivas, explosivas o tóxicas.
Por otro lado, se encuentran los residuos no peligrosos. Estos son los que no suponen ningún peligro ni para las personas ni para el medioambiente.
Entre los que no son peligrosos existen cuatro tipos:
Por otra parte, los residuos sólidos también pueden clasificarse entre orgánicos e inorgánicos. Los primeros, se consideran biodegradables. Por lo contrario, los inorgánicos tardan mucho en descomponerse. Numerosos productos de estas características son reciclables como por ejemplo las latas, el vidrio o incluso algunos plásticos.
En cuanto a la pregunta de: ¿adónde van todos estos residuos? Hemos de explicar diferentes formas de recogerlos. Estos residuos tienen diferentes destinos para desecharse:
Si todas estas posibilidades no se llevan a cabo de una forma correcta, las consecuencias pueden ser perjudiciales. Entre ellas está el riesgo de nuestra salud, pudiendo provocarnos enfermedades. También provocan efectos perjudiciales para el medioambiente, la contaminación del agua, del suelo y del aire.
Como vemos, las consecuencias de una mala gestión de dichos residuos ponen en peligro la vida de las personas. También provocan la degradación ambiental como el cambio climático y la alteración de los ecosistemas. Y, al mismo tiempo, el estilo de vida poco saludable.
Como ya hemos mencionado en otros artículos, la clave está en producir mejor de estos residuos sólidos.
Fuentes consultadas:
Stoecklein, A.; Suárez, C. 1998. Gestión integral de residuos sólidos. Primer Seminario Regional de Capacitación en Residuos Sólidos.