Cuando hablamos de reciclaje y desarrollo sostenible, uno de los términos más escuchados acerca de los productos es el concepto "biodegradable". Los productos biodegradables son aquellos que tienen la capacidad de descomponerse en organismos naturales y entorno favorable.
La biodegradabilidad es la capacidad que tienen los productos para realizar su proceso de composición en elementos químicos naturales a través de diferentes agentes biológicos como pueden ser el agua, las plantas, los animales o las bacterias. Además, para ello, deben darse unas condiciones óptimas de temperatura, humedad, luz, oxígeno etc.
Cuando hablamos de productos biodegradables nos referimos a elementos que poseen un proceso de descomposición relativamente corto, ya que mientras algunas elementos pueden tardar unos meses en descomponerse, otros pueden tardar miles de años. Por ello, son tan importantes los elementos biodegradables para el medioambiente, porque mientras estos vuelven a ser alimento para la Tierra en poco tiempo, los no biodegradables no lo hacen y, además, pueden producir contaminación.
El proceso de biodegradación consiste en todo el procedimiento que atraviesa un producto desde que se desecha hasta que se descompone por completo. Existen dos formas de descomposición en los productos biodegradables. Por un lado, la descomposición abiótico precisa de elementos químicos naturales para poder descomponerse por completo. Por otro lado, en la descomposición biótica entran en acción organismos vivos en el proceso de biodegradación.
Los principales actores en estos procesos son las bacterias y hongos que, a través de las enzimas, realizar diferentes reacciones químicas que cambian la composición del elemento hasta que desaparece totalmente.