Probablemente, nunca te habrás puesto a pensar cómo hacer un consumo de productos financieros de forma responsable. De hecho, más raro es pensar en una banca que busca un equilibrio entre el beneficio y el cuidado social. En otras palabras, pensar en una entidad que siga exclusivamente criterios lucrativos. Por ello, vamos a comentar con más detalle cuáles son los principios que rigen a la banca ética.
La banca ética se basa en una serie de principios que comentamos a continuación:
Los bancos éticos son muy transparentes en las operaciones que realizan ellos y sus inversores. Es decir, la información operacional debe ser accesibles y clara. Así mismo, las políticas de funcionamiento deben ser justas y siempre respetando el bien común.
La banca ética valora la responsabilidad del inversor. Así, en todas las decisiones —a la hora de invertir— deben tenerse en cuenta unos criterios éticos.
Por ello, todas las decisiones deben estudiarse teniendo en cuenta los efectos sociales y medioambientales y su sostenibilidad. Este principio ético debe prevalecer de manera significativa en todas las decisiones que se tomen.
La banca se considera ética cuando no especula con la economía. En otras palabras, esta banca tiene que producir bienes o servicios objetivos sin lugar a la manipulación.
La banca ética no debe tener como único objetivo conseguir beneficios. También debe producir un impacto positivo en la economía y en la sociedad.
Asimismo, debe ocuparse de temas como proyectos para el empleo o para reducir la desigualdad.
La banca ética trata de que sus inversores participen en la toma de decisiones sobre las inversiones. Consecuentemente, todos los inversores tienen derecho a voto.
Además, esto se cumple independientemente del capital que tengan invertido. Es decir, cada persona representa un voto y se tiene en cuenta la opinión de todos.
La banca ética ayuda a personas que no encuentran apoyo en la banca tradicional. ¿Cómo? mediante la concesión de créditos y microcréditos. El fin es financiar ideas con un marcado contenido social. Por ejemplo:
Por otra parte, en la banca ética hay distintos tipos de créditos. Algunos ejemplos según los sectores pueden ser:
La banca ética apoya a sus clientes de forma individual. Si tienen problemas para devolver préstamos, les ayuda negociando otras condiciones. De esta manera, les permite afrontar el préstamo.
Los encargados de negociar los posibles préstamos deben asegurarse de que no sean proyectos descabellados. Pues si estos proyectos están avocados a fracasar, perjudicaría a los inversores. Es decir, se trata de no poner en riesgo el capital de los inversores.
En resumen, la banca ética es una alternativa al modelo bancario tradicional. Sigue los criterios éticos y sostenibles a la hora de decidir en qué proyectos invertir. Además, en muchos casos los inversores participan en los proyectos en forma de cooperativa. Así mismo, se invierte en proyectos de índole social y en proyectos solidarios con el tercer mundo.
Ver más: Los principios de la economía sostenible
En los últimos años, se ha convertido en una alternativa a la banca convencional. Principalmente, porque los inversores prefieren empresas transparentes y que inviertan en productos sostenibles. Podemos hablar de dos tipos de modelos: