El modelo económico actual, a grandes rasgos, se apoya en el consumismo para que pueda funcionar correctamente. Por lo tanto, depende en gran medida por la ley de la oferta y la demanda. Sin embargo, con el tiempo, este modelo ha vulnerado varios derechos básicos de compradores y vendedores en las relaciones comerciales. Además, ha incidido negativamente en aspectos ambientales y sociales. Por consiguiente, con la finalidad de luchar contra la injusticia global, se creó en 1964 el comercio solidario o justo (Barratt-Brown, 1998). Para entender cuáles son los fundamentos básicos del comercio justo, es crucial definirlo y tener presentes sus objetivos.
Se trata de un movimiento internacional que combate el sistema convencional comercial. Fue promovido por varias ONG. Además, otros organismos como la ONU mediante movimientos sociales y políticos, como el pacifismo y el ecologismo. A través de la transformación del sistema económico, se pretende hacer frente a la desigualdad y la pobreza. Asimismo, pretende tener un trato más justo con los productores de los países más desfavorecidos.
El comercio justo se lleva a cabo con la finalidad de satisfacer el desarrollo sostenible. ¿Y qué es el desarrollo sostenible? ¡Muy sencillo! Su objetivo fundamental es garantizar el equilibrio entre el bienestar social, el cuidado del medioambiente y el crecimiento económico. Por lo tanto, veamos cuáles son sus objetivos y sus características principales.
El comercio justo se lleva a cabo a través de 10 principios que han sido acordados internacionalmente. Tienen la finalidad de garantizar un trato justo tanto hacia las organizaciones productoras como hacia los trabajadores. ¿Cuáles son?
En cuanto a las características, destaca garantizar un salario justo para los trabajadores y productores. Además, se pretenden mejorar las condiciones de seguridad e higiene en el lugar de trabajo. Las mujeres deben tener igualdad de oportunidades, y se deben proteger los derechos de los niños (Pérez, 2006). En esta misma línea, se deben salvaguardar las minorías étnicas y/o religiosas. Asimismo la conservación del medioambiente. Por ello, se valora la calidad y la producción ecológica. De igual forma, es importante saber que los productores forman parte de organizaciones voluntarias y funcionan democráticamente. Además, no existe ningún intermediario entre productores y consumidores. Por último, cabe destacar que los derechos fundamentales son una piedra angular.
En definitiva, el comercio justo se creó para fomentar la igualdad de condiciones entre productores y consumidores. En él se miran aspectos tanto sociales, como económicos y ambientales. Un buen comercio generará que nuestra economía tenga una buena salud. Aunque en España representa una mínima parte del consumo, ha ido cobrando importancia en años recientes. Por lo tanto, gracias a estos fundamentos básicos, podemos concienciarnos y darle más importancia hoy en día. Como hemos mencionado en otros artículos, estas iniciativas deben aún calar en la sociedad para que se puedan extender y tener un impacto real.