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La reciente crisis financiera ha suscitado una preocupación por la sostenibilidad de la economía a nivel global. De hecho, son muchos los expertos que hablan sobre las consecuencias negativas del desarrollo económico. Dichos problemas afectan a los ecosistemas naturales y las sociedades civiles. Sin embargo, se han propuesto pocas alternativas viables respecto a los paradigmas económicos imperantes. Por ello, te contamos los principios de la economía sostenible en los países más desarrollados. De mismo modo, por qué es importante implementarlos.
Indudablemente, estamos en la etapa más decisiva para revertir el modo en que cuidamos el planeta (Bermejo, 2005). Por ello, es importante conocer en qué se basa la economía sostenible.
En primer lugar, destaca la gestión sostenible de los recursos. Para conseguirla, conviene desarrollar nuevas tecnologías para aumentar la producción de la biomasa cosechada. Además, de reutilizar los residuos y los desechos. Indudablemente, esto pasa primero por encontrar soluciones biológicas circulares para reciclar materiales. Por último, emplear recursos como el carbón o la madera de manera eficaz, con distintos usos.
En segundo lugar, es crucial potenciar unos ecosistemas resistentes y diversos. Esto significa apoyar medidas para reducir la contaminación y las emisiones de CO2 en toda la cadena de valor. Asimismo, mejorar la biodiversidad terrestre y marina. Del mismo modo, mantener la fertilidad del suelo al proteger la calidad del agua. Además de utilizar procesos de purificación adecuados para el reciclaje.
Lógicamente, la necesidad de prosperidad económica y social inclusiva es cada vez mayor. Por eso, crear empleos decentes y conservar los existentes en zonas rurales y costeras es importante. Así como desarrollar y compartir modelos de negocio viables y sostenibles en términos económicos. Por otro lado, proporcionar oportunidades ambientales, sociales y económicas. Finalmente, tomar decisiones individuales respecto a la economía, sin persuadir o coaccionar a nadie.
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Por último, para un consumo sostenible es vital proporcionar una infraestructura que facilite la reutilización y el reciclaje de los productos biológicos mediante iniciativas como:
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Se prevé que la población mundial alcanzará los 9000 millones de personas en 2050 (ONU, 2017). Según las Naciones Unidas, esto supondrá un aumento del 50 % en la producción de alimentos y de energía. En consecuencia, el reto consiste en satisfacer las necesidades básicas, al mismo tiempo que se protege el medioambiente.
La economía ecológica comprende la energía, el calor, la construcción, los bioplásticos, los alimentos y los textiles. Además, puede ser la clave de muchos de los retos los que nos enfrentamos ahora y en el futuro. Del mismo modo, se insta a aprender a controlar los recursos humanos. Así, poder disponer de recursos sin destruir el clima y la biodiversidad del planeta.
Estos principios ya se practican y contribuyen al desarrollo de una economía sostenible en los países avanzados. Además, esta iniciativa también inspirará a otras regiones a seguir el mismo camino. De hecho, podría ser una herramienta para ayudar a las sociedades, empresas y personas a orientarse en una dirección sostenible. La mejor decisión que puedes tomar para preservar nuestro planeta sin ver limitado nuestro estilo de vida.