Reducir es una de las tres erres de la ecología junto a reciclar y reutilizar, y si hay algo que debemos reducir, es el consumo de plástico. Primero, porque utilizamos unas cantidades ingentes de este material; y segundo, porque el plástico tarda años y años en degradarse, y acaba contaminando las aguas, los bosques y nuestro entorno natural en general. Por eso, hoy te proponemos reflexionar sobre el tipo de plástico que utilizas en casa y en qué cantidad.
De vez en cuando nos encontramos con campañas que pretenden impulsar la reducción de su uso, pero es algo que deberíamos plantearnos en nuestro día a día. Por eso, te ofrecemos estos consejos para reducir el consumo de plásticos en casa:
Unas de las grandes culpables del exceso de uso de plástico en el mundo son las bolsas de plástico, que tardan 1.000 años en degradarse. Los establecimientos están obligados a cobrarlas, pero aún así hay gente que prefiere pagar por ellas a utilizar otras bolsas que se pueden reutilizar compra tras compra. Las bolsas de tela o papel vegetal son mucho más eficientes, y cumplen con la misma función que las de plástico.
Gran parte de los residuos a escala mundial son las botellas de plástico, ya que no siempre podemos reciclarlas del todo. La solución ideal pasar por beber agua del grifo filtrada. Hay muchos aparatos que podemos instalar en casa para ello, y el resultado es excelente. En caso de no ser posible, la solución menos mala pasa por comprar agua en botellas retornables.
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Si encuentras el mismo producto en cajas de cartón y botellas de plástico, quédate con el primero: el cartón es más fácil de reciclar. Cierto que el de plástico puede ser un poco más barato, pero el dinero que ahorras va contra el medioambiente. En cambio, si el embalaje es de vidrio o cartón su reciclaje es mucho más rápido y efectivo, sin causar daños medioambientales.
También en el supermercado, es preferible comprar alimentos granel, lo que permite reducir la basura que generamos en unos niveles espectaculares. Lo ideal sería que puedas llevar tú tus bolsas o botes, pero basta con comparar la enorme cantidad de plástico utilizada en los envasados con la poca que utilizamos si compramos a granel. Otra razón para comprar estos productos es que suelen ser más baratos y estar menos procesados.
Nuestra sociedad ultraconsumista ha hecho bandera de la cultura del usar y tirar, que causa graves daños al medioambiente. De hecho, Europa se propuso prohibir el uso de platos, vasos o cubiertos de plástico, esas vajillas que muchas veces compramos para las comidas o cenas con amigos para no tener que fregar luego. Más allá de las vajillas convencionales, las alternativas pasan por usar una servilleta en vez de un plato y comer con las manos o con cubiertos de plástico no desechables.
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También las pajitas de plástico están en el punto de mira de Europa. Cuando podemos beber del vaso directamente es una tontería acudir a ellas, y en el caso de bricks de zumo o leche hay otras formas de beberlos que recurriendo a estos peligrosos plásticos, muy dañinos para el medioambiente.
Puede parecer duro, pero la inmensa mayoría de chicles contienen plástico y es muy difícil encontrar sitios donde se pueda reciclar -aunque la tecnología existe-. Además, evitar el chicle es bueno para tu salud. Si no puedes vivir sin ellos, existen chicles 100% naturales y ecológicos, una opción mucho mejor.
Ahora que ya conoces cuáles son los mejores consejos para reducir su consumo es conveniente que conozcas las diferentes formas de reciclar plástico que existen con el objetivo de volver a utilizar los mismo recursos para obtener nuevos productos.