No hay ecosistema sustituible y mucho menos prescindible. Cada uno de ellos, del más pequeño al más extenso, juegan un papel esencial en el medioambiente. Pero hay algunos más directamente ligados a la supervivencia de los humanos, como los dulceacuícolas. Además de desarrollarse en agua no salina, hay otras características de los ecosistemas de agua dulce que los hacen únicos.
Los primeros asentamientos humanos se hacían en las cercanías de un río, manantial, lago… que son precisamente los entornos en los que se desarrollan los principales ecosistemas de agua dulce y desde entonces han ido íntimamente ligados al desarrollo de la Humanidad. Y, como consecuencia, son unos de los grandes afectados por la acción del hombre.
Como hemos indicado, los ecosistemas de agua dulce son aquellos hábitats acuáticos en los que los niveles de cloruro de sodio (salinidad) no superan el 1%. Los componen espacios como los ríos, lagunas, pantanos y todas las zonas con masas de agua dulce. Proporcionalmente otros tipos de ecosistemas, los de agua dulce ocupan una superficie significativamente más pequeña que los marinos o terrestres, aunque tan repartidos que la sensación es que ocupan más.
Entre los más significativos ejemplos de ecosistemas de agua dulce destaca el río Amazonas, el sistema fluvial más grande del mundo. También el lago Biakal, el lago de agua dulce más profundo del mundo, situado al sur de Siberia, que contiene el 20% del agua dulce no helada y es considerado una de las reservas más limpias del mundo. Sin embargo, ambos están amenazados por la contaminación. Y eso que la importancia de los ecosistemas de agua dulce es vital porque:
Debido a la cantidad de nutrientes y minerales, la flora y fauna de los ecosistemas de agua dulce es muy variada y numerosa. Las algas, hierbas y juncos son las plantas representativas de estos espacios. En lo que respecta al reino animal, se calcula que hay más de 700 especies de peces, 1.200 de anfibios, moluscos, insectos y mamíferos que viven en los biomas de aguas dulces.
Aunque se pueden encontrar, como ocurre en los marinos, diferencias dentro de cada uno de los tipos de ecosistemas de agua dulce dependiendo de la profundidad y otros factores, lo cierto es que se clasifican en tres grandes grupos:
Esa heterogeneidad, que es una de las características de los ecosistemas de agua dulce, debe ser protegida y respetada. ¡La salud global del Planeta está en juego!