Muchos consumidores deciden apostar por los productos ecológicos atraídos por la fuerza de la palabra “ecológico”, pero sin entrar a valorar antes los pros y contras de estos productos. A priori, algo que es ecológico tiene que ser bueno para la salud, piensan, pero no tienen en cuenta cuáles son las verdaderas ventajas de los productos ecológicos y cuáles son sus puntos débiles -que también los hay-. Por eso, antes de tomar ninguna decisión -y más de este calibre- conviene valorar qué nos aportan y qué inconvenientes tienen los productos ecológicos.
Tenemos un montón de razones para decantarnos por los productos de la agricultura ecológicas, por ejemplo que no encontramos restos de pesticidas que acaban en nuestro organismo. En ninguna las diferentes etapas por las que pasa su crecimiento hasta llegar nosotros se han utilizado productos artificiales -esto es lo que convierte un producto en ecológico-, por lo que hablamos de unos alimentos sanos. Para que te hagas una idea, una alimento ecológico se planta a partir de semillas que también son ecológicas.
Otra de las características de estos productos es que deben plantarse sobre tierras sin contaminar y regarse con aguas descontaminadas, lo que nos lleva a nuestro siguiente punto: la reducción de la contaminación tanto de las aguas como del medioambiente en general. La contaminación de los acuíferos, las reservas acuáticas del subsuelo, es un gran problema social que la agricultura ecológica evita gracias al uso de unos fertilizantes orgánicos de baja solubilidad. El hecho de no utilizar pesticidas también contribuye a la mejora de la calidad del aire que respiramos.
Mucha gente defiende el valor nutricional de los alimentos ecológicos. Como luego veremos, esta es una afirmación falsa ya que los expertos no la han podido confirmas. Lo que sí es cierto, y muchas veces se confunde con esta afirmación, es que por norma general los alimentos ecológicos tienen un sabor mejor aunque esto no es algo significativo ya que depende de diferentes factores, no solo de si hablamos de un alimento convencional o ecológico.
Por último hay que destacar que la agricultura ecológica favorece la conservación y el aumento de la biodiversidad. De hecho, la biodiversidad natural es la piedra angular de este tipo de agricultura o ganadería, y las buenas prácticas ambientales imprescindibles en ella nos ayudan en este trabajo. No te olvides de que puedes identificar los productos ecológicos porque tienen su correspondiente sello, que los diferencia tanto de los convencionales como de los alimentos orgánicos o biológicos, dos conceptos distintos.
Sin lugar a dudas, la principal desventaja que presentan los productos ecológicos es que son algo más caros que los convencionales. Hay varios factores que influyen en su precio, desde un sistema de producción más lento y sostenido, a menor escala, a la necesidad de más mano de obra. Más allá del precio, vemos que nos podemos encontrar con problemas de conservación ya que los productos ecológicos deben consumirse antes que los convencionales. Una vida útil inferior relacionada con este proceso de producción.
Otro de los aspectos a destacar aquí es el aspecto físico, generalmente peor en cuanto a tamaño o color si los comparamos con los convencionales. Debes tener claro que el aspecto no importa, lo que de verdad nos interesa es el aporte nutricional y en este sentido hay que destacar que, diga lo que diga la creencia popular la comida ecológica no tiene por qué ser más sana que la convencional. Puede haber comida ecológica de mala calidad, y lo importante no es qué tipo de comida comes, sino qué comida comes, algo muy diferente.