Contaminación

¿Qué hacer para evitar la lluvia ácida?

No tenemos mucho tiempo que perder. Los expertos en temas de medioambiente tienen claro que hay daños que ya difícilmente son reversibles, por lo que aún es más importante ponerse ya manos a la obra para frenar que el deterioro del planeta vaya a más. La lluvia ácida es uno de los agentes contaminantes que más afectan nuestra planeta. Por ello, es importante conocer qué podemos hacer para solucionar el problema de la lluvia ácida y evitar los graves daños.

La diversidad de factores que contribuyen aumentar el fenómeno de la lluvia ácida es una moneda de dos caras, por un lado abre un amplio abanico de posibilidades de actuación, pero a la vez resulta muy complejo controlar todos esas áreas. Es responsabilidad de todos participar de estas acciones, los gobiernos y también los particulares. ¡Ninguno podemos eludir nuestra parcela de participación!

Medidas para reducir o paliar la lluvia ácida

Enlazando con la idea antes citada, las medidas para rebajar la incidencia de la lluvia ácida se tienen que tomar en diferentes ámbitos, pero todos ellos igual de trascendentes. Básicamente, las líneas de actuación se tienen que dirigir hacia el fomento de las energía que no emiten los elementos químicos que están en el origen de este fenómeno, el control de estas emisiones y la toma de conciencia de los ciudadanos sobre su importante contribución a esta contaminación con determinadas acciones cotidianas.



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Hay responsables políticos que ya se han puesto en marcha hace tiempo. Es el caso del Ejecutivo sueco que ya a finales de los 80 aprobó un plan para investigar y evitar la desaparición de sus bosques, que ya en ese momento era preocupante y cuyo principal causa era precisamente la lluvia ácida. Así que por parte de los gobiernos y autoridades internacionales, estas son las decisiones que ya no pueden demorarse:

  • Establecer legislativamente límites muy concretos sobre los niveles de emisión de nitratos y óxidos de azufre permitidos a las empresas. La creación de estas normas debe acompañarse de medidas efectivas de control, además de sanciones inmediatas y contundentes para que deje de compensar arriesgarse a que te pillen y pagar una multa, como sucede en muchas ocasiones. Ahondando en esta idea, se debe contemplar el cierre inmediato de las instalaciones que incumplan estos límites de emisiones.
  • Control y supervisión de las aguas, para alcalinizar todas aquellas en las que se detecte un pH ácido.
  • Sustituir los fertilizantes y los productos químicos artificiales con sulfatos que se usan en las explotaciones agrícolas por soluciones que no contaminen.
  • Obligar a las centrales energéticas y refinerías a filtrar y desintoxicar las aguas que utilizan antes de que se vierta en los ríos. Esto es extensible a todas las industrias, aunque son estas dos actividades las que más contribuyen al aumento de la lluvia ácida.
  • Obligar a que los medios de transporte público funcionen con catalizadores de tres vías, que rebajan la emisión de gases dañinos hasta en un 90%. Como complemento, fomentar el uso de estos catalizadores también en los vehículos particulares.
  • Sustituir progresivamente, pero de la forma más inmediata posible, los combustibles fósiles tradicionales por el gas natural como fuente energética de calefacciones de edificios y vehículos de titularidad pública.
  • Invertir en investigación sobre energías renovables para que puedan sustituir a los modelos de energía convencionales.

Pero, recordemos que los ciudadanos también tenemos nuestro granito que aportar en esta reducción de la lluvia ácida, con gestos sencillos pero que debemos incorporar a nuestro día a día como:

  • Dejar el coche en casa y utilizar el transporte público.
  • Cuando nos toque cambiar nuestro vehículo, optar por los híbridos o por los que usan combustibles limpios.
  • Sustituir, cuando toque renovarlos, tus electrodomésticos por los que tengan etiqueta de eficiencia energética.
  • Usa todas las fuentes de energía alternativas que te sea posible en el hogar: solar, eólica, biomasa
  • Controla tu consumo energético: no dejes luces encendidas, ni aparatos en standby, no te excedas en los grados de tu calefacción...

Y, entre las cosas que puedes hacer para evitar la lluvia ácida, ¡date el capricho de plantar un árbol!

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Publicado por
Gemma García