Actualmente, un consumidor frecuente de marisco ingiere cerca de 11 ooo microplásticos al año, según un grupo de investigadores de la Universidad John Hopkins. Causalmente, esto ocurre por la contaminación de plásticos en el mar. Consecuentemente, os preguntaréis: ¿qué son los microplásticos y cuáles son sus consecuencias? Si quieres saber más sobre este tema y conocer las soluciones que la UE plantea, sigue leyendo este artículo.
La mayor parte de los plásticos son visibles por su tamaño. En cambio, existen otros que son más pequeños y que suelen pasar desapercibidos acabando en mares u océanos. Se trata de los denominados microplásticos, piezas diminutas de plástico cuyas dimensiones suelen ser menos de 5 milímetros.
El origen de los microplásticos se encuentra tanto en la actividad industrial como en el consumo doméstico. De hecho, se encuentran presentes en dentífricos, detergentes, cremas, exfoliantes, incluso en fibras sintéticas de la ropa. En definitiva, todos estos productos se usan a diario y en contacto con el agua. Por ello, los microplásticos siempre acaban en mares o ríos. Indudablemente, este tipo de residuos se llevan acumulando durante décadas en los mares y representan más del 50 % de los millones de toneladas de plástico que están acumulados en ellos.
Este problema se debe, grosso modo, a que, al ser tan pequeños e incluso invisibles para el ojo humano. Por ello, no se pueden filtrar con depuradoras. Y, al igual que los plásticos, los microplásticos no son biodegradables. En consecuencia, los animales, desde los peces y mamíferos acuáticos hasta los invertebrados y las aves ingieren estos plásticos diminutos. Finalmente, los humanos se comen a estos animales que previamente han ingerido microplásticos.
Los microplásticos se pueden dividir en dos categorías: los microplásticos primarios y los secundarios.
En primer lugar, los microplásticos primarios son todos aquellos que llegan a los océanos en su forma original, es decir, en el estado en el que se han sintetizado. Además, suponen entre un 15 y un 31 % de los microplásticos que hay acumulados en los océanos. Regularmente, provienen de:
En segundo lugar, suponen entre el 69 % y el 81 % de microplásticos que se hallan en los océanos. Estos se originan a partir de la degradación de otros objetos de plástico. Lo que significa que proceden de:
La presencia en el océano de estos diminutos plásticos está aumentando. En 2017, la ONU declaró que en el mar se hallan unos 51 000 millones de partículas microplásticas.
Como bien hemos dicho antes, en la actualidad el trabajo que realizan las depuradoras no funciona con los microplásticos. Por ello, son incapaces de detectarlos. Por tanto, acaban en el medio natural. En consecuencia, la ingesta de este componente tóxico afecta gravemente a la biodiversidad. De hecho, cuando su organismo llega al límite y deja de tolerar su toxicidad, estos animales mueren.
Los expertos están investigando qué sucede cuando los humanos consumimos animales que han ingerido previamente microplásticos.
Que los mares y océanos estén repletos de plástico es un problema muy grave. Sin embargo, resulta complicado erradicarlos cuando prácticamente cualquier objeto tiene componentes plásticos. Por ello, a partir de 2020, la Comisión Europea prohibirá la agregación intencionada de microplásticos en productos como cosméticos y detergentes.
Es evidente que se han dado pasos. Sin embargo, tras la última Cumbre del Clima, el escenario es desolador pero con posibilidades al cambio. Como hemos indicado en otros artículos, es la concienciación la mejor solución frente a cualquier tipo de contaminación en nuestro planeta.