Diversas estadísticas concluyen que en España, más del 80 % de los que usamos va directamente a la basura. Sin embargo, cada vez más se está impulsando una economía circular. Esta se basa en la sostenibilidad que se puede definir como la capacidad que tienen las personas para continuar dándole uso a un producto. Con ello se ha extendido la idea de las 7 erres de la sostenibilidad, ¿sabes lo que son?
En primer lugar, partimos de la premisa de que un producto debe ser usado el mayor tiempo posible. De esta forma, evitar la compra de uno nuevo. Por tanto, cuanto más lo conservemos, mayor protección tendrá el medioambiente.
Para alargar la vida de este producto debemos seguir una serie de pasos muy importantes, entre los cuales está:
En este caso, intentamos que el producto sea usado para más ocasiones aunque no sea de la misma forma. El reciclaje más común es el de volver usar el papel, el plástico o el vidrio.
También es muy casual reciclar ropa y tenemos muchas opciones para ello. Un ejemplo sería convertir una camiseta normal en una camiseta de tirantes o, un pantalón corto en una falda. De esta manera, alargamos la vida del producto y evitamos la compra de otro que todavía no necesitamos.
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Principalmente, es un término que guarda relación directa con la fabricación de los productos. En este caso se llama a las empresas a crear elementos de consumo que tengan un diseño sostenible. Por otro lado, que busquen el equilibrio entre la funcionalidad y el cuidado por el medioambiente.
Indudablemente, la contención en el consumo de productos de usar y tirar es un buen comienzo. De hecho, haciendo honor al famoso refrán; «no es más ecológico el que más recicla sino el que menos usa».
Por un lado, una solución a ello sería disminuir el uso de las bolsas de plástico. Por otro, practicar un consumo responsable y tener en cuenta lo que compramos. También deberíamos escoger con mayor cuidado los productos que compramos. Esto sería, teniendo en cuenta el material con el que está fabricado dicho producto.
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Este término se basa principalmente en volver a usar un producto para alargarle de esta forma su vida útil. Desde luego, esto implica cambiar la mentalidad en el consumo. En consecuencia, no tires el producto —que puede usarse más veces— si se ha usado solamente una vez.
Un ejemplo muy común es el agua que usamos para lavar verduras de puede reutilizar y usarse para regar las plantas después.
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Principalmente, se refiere a qué cambios se pueden hacer a un producto para alargar su vida útil sin tener que comprar uno nuevo.
En este caso, reparar influye también en la durabilidad de un producto. Consecuentemente, si algo deja de funcionar y necesita reparación, repararlo —si es posible— es un una alternativa sostenible. De esta forma, no contribuimos en la compra de un nuevo producto y el producto anterior durará más tiempo.
Es un concepto que poco a poco está atrayendo la atención de los consumidores. Consiste, principalmente, en actualizar aquellos objetos obsoletos con el fin de darles nuevamente un uso. Lógicamente, el mismo para el que fueron creados.
En este último término, hemos de hablar de todos esos productos que llevamos tiempo sin usar. Estos productos puede que nos sirvan a lo largo del tiempo y de esta manera también alargamos su vida útil.
Así mismo, también podrían ser la recogida de materiales con objetivo de reducir el uso de nuevas materias primas. Finalmente para someterlos a procesos industriales para dar lugar a nuevos productos.
En conclusión, el objetivo de las 7 erres es alargar la vida útil de un producto el mayor tiempo posible. De esta forma, evitaremos la compra de un nuevo producto y, por lo tanto, colaboraremos con el cuidado del medioambiente ya que se evita recurrir a nuevas fuentes de materias primas.