Un incendio forestal descontrolado desbasta todo a su paso. Puede propagarse a lo largo de muchos kilómetros y cruzar ríos y carreteras. En la escala mundial, cada año se producen alrededor de 80 000 incendios forestales que destruyen entre 3 y 10 millones de hectáreas. Según la OMPE, estos incendios conllevan graves consecuencias (Pérez, 2018); ¡Más importantes de lo que creemos!
Cuando la frecuencia de incendios forestales en una región determinada es alta, las consecuencias pueden ser devastadoras. No obstante, algunos especialistas consideran que el fuego es una ventaja para el ecosistema ya que elimina plagas y plantas enfermas. Sin embargo, no olvidemos que los ciclos de los bosques naturales se interrumpen, y que algunas especies nativas pueden también desaparecer. A continuación, te contamos un poco más, ¡te vas a sorprender!
Los incendios alteran las características de la vida vegetal que sustentan a miles de animales salvajes. De esta manera, obliga a los animales a abandonar las regiones o incluso provoca la muerte de estos. Por otro lado, los animales más pequeños, como aves, ardillas, insectos, conejos y serpientes, se encuentran en riesgo de muerte. En cuanto a las plantas, algunas especies se queman hasta convertirse en cenizas.
El uso de productos químicos para luchar contra los incendios supone un problema adicional a las dramáticas consecuencias de estos. Según un estudio reciente los productos químicos de los «retardantes de llama» se acumulan en el suelo durante años (Meyronite et al., 1999). Las conclusiones del estudio revelan una gran presencia de polifosfato de amonio, conocido por modificar la fertilidad del suelo.
Los incendios en los bosques secos son una de las principales causas del deterioro forestal. Cada vez que se produce este tipo de incendios, miles de hectáreas son arrasadas. Casi todos los años tienen lugar incendios forestales en diferentes regiones. Y son tan letales porque estos reducen las características óptimas de los bosques, como la fertilidad del suelo, la biodiversidad y los ecosistemas.
No podemos olvidarnos de que las plantas y vegetales purifican el aire atmosférico del que dependemos para respirar. Cuando estas plantas y vegetales desaparecen, la calidad del aire que respiramos disminuye. Esto provoca que los gases de efecto invernadero aumenten, lo que conduce al cambio climático y al calentamiento global. Además, las enormes nubes de humo de los incendios forestales provocan una contaminación masiva del aire.
Muchos hemos sido testigos en la televisión de cómo luchan los bomberos contra los incendios. Así podemos hacernos una idea del daño que estos causan en la vegetación y la vida silvestre. Los incendios forestales devastan todo a su paso, incluidos los hogares. Además, las autoridades locales gastan millones de euros en apagar o controlar el incendio. De hecho, normalmente se despliegan bomberos, aviones, ambulancias, la UME, etc., sin mencionar la logística involucrada.
Los árboles y la cubierta vegetal actúan como protectores de las cuencas hidrográficas. Debido a que el agua proviene de las capas freáticas de origen forestal. Cada vez que se queman, los sistemas naturales de protección de las capas freáticas, arroyos y ríos pueden verse afectados.
Los incendios forestales provocan algunas muertes, especialmente las de bomberos. El efecto del humo y el polvo también causa molestias respiratorias intensas. Un gran número de personas con alergias o problemas respiratorios resultan realmente afectadas. Ya que, si el incendio se produce en los alrededores de zonas urbanas, es inevitable respirar el aire de las grandes nubes de humo. Además, estas nubes se propagan a gran velocidad, lo que supone la contaminación del aire, en general.
Ahora que conocemos un poco más la gravedad de los incendios forestales, presta mucha atención a ellos. No arrojes materiales inflamables en el bosque ni tires colillas. Cuida de la naturaleza ¡nos damos vida mutuamente!