En nuestra vida diaria consumimos todo tipo de alimentos, aunque no solemos hacernos una pregunta importante. La pregunta es: ¿de dónde vienen estos productos? y, es más, ¿es importante saber la procedencia? Actualmente, los transgénicos han creado mucha polémica en los últimos años sobre sus ventajas para la salud. Muchas de esas ventajas son realmente interesantes, pero, a la vez, aparecen muchas desventajas. Por otra parte, también se discute sobre si producen efectos secundarios. ¿Es eso verdad? A continuación, analizaremos los alimentos transgénicos y sus pros y sus contras.
También conocidos con las siglas OMG (organismos modificados genéticamente). Como su nombre indica, son alimentos que tienen la característica de que han sido modificados genéticamente. En otras palabras, estos alimentos contienen genes de otra especie. A grandes rasgos, los expertos científicos modifican estos genes para poder otorgarles cualidades a los alimentos. Estas mejoras pueden ir desde que resistan mejor los temporales a que contengan más vitaminas.
Hoy en día, existen muchos alimentos transgénicos. Entre ellos podemos encontrar el maíz, la patata, el tomate, algunas carnes e incluso el café. Las modificaciones en los genes les aportan ciertas resistencias o propiedades. El maíz resiste mejor a las plagas o la carne aumenta de tamaño
Con la cantidad de alimentos transgénicos que existen, se puede crear una clasificación de estos. Además, existen sustancias para mejorar la producción o para la industria alimentaria y animales que producen menos lactosa. Sin embargo, este último de la lista no se comercializa aún.
Sabiendo que los alimentos transgénicos se modifican para que tengan mejores cualidades, podemos esperar muchos beneficios.
Con todo lo que hemos explicado anteriormente, ¿cómo pueden tener alguna desventaja? Pues, como todo lo bueno, siempre tiene algo de malo. Y, a veces, lo malo puede tratarse de efectos secundarios que no sean tenido en cuenta.
Estos controles y análisis en los productos transgénicos estudian los riesgos que pueden tener a corto plazo. El problema es ¿qué pasa con los riesgos a largo plazo? En algunas fuentes, se afirma que no se están evaluando correctamente. Asimismo, existen informes científicos que muestran riesgos para la salud (alergias, tóxicos, etc.).
Otro problema es que, si se realizan más y más modificaciones genéticas, habrá cada vez menos biodiversidad. Esto provoca un riesgo en que las modificaciones puedan pasar a especies emparentadas.
Por otra parte, es importante los impactos que pueden causar estas modificaciones en animales y plantas. Estos impactos pueden afectar a la biodiversidad o pueden crear nuevos problemas como alergias a estos alimentos. Por esa razón, se necesita que los estudios para estos productos transgénicos sean mucho más rigurosos. De esta manera, se podrán crear unos alimentos transgénicos con el mínimo impacto y consecuencias. Del mismo modo, también se pueden estudiar otras alternativas más naturales que tengan menos inconvenientes.