Si la agricultura ecológica se caracteriza por algo es por prescindir por completo del uso de todo tipo de productos químicos. Este requisito indispensable nos puede suponer un gran quebradero de cabeza a la hora de hacer frente a las plagas, ese peligro para cualquier tipo de cultivo y que puede poner en riesgo tu huerto. Por suerte, contamos con las herramientas suficientes para hacer frente a las plagas desde un punto de vista ecológico, aunque tan importante es la acción como la prevención de plagas.
Por muchas precauciones que tomes, el riesgo de plagas siempre está ahí. Una vez se desarrolla la plaga lo único que tienes que hacer es acabar con ella, para lo que tenemos dos opciones, la biológica y la mecánica. Dentro de las medidas biológicas de control de plagas destaca el uso de depredadores naturales de plagas, que podemos liberar en nuestro huerto. Una de las plagas más habituales es el pulgón, que se puede combatir con depredadores como los sírfidos o las mariquitas.
Otro problema bastante habitual son los insectos, para los que podemos utilizar una especie de hongo que se llama Beauveria bassiana y que se puede comprar. Muchos pesticidas contienen una bacteria llamada Bacillus thuringiensis (Bt), que también podemos utilizar. Por último, contamos con la posibilidad de crear nuestro propio pesticida casero, natural y respetuoso con el medioambiente, que también es muy eficiente contra las plagas. Para ello, podemos utilizar plantas como el ajo o la nicotina como base de pesticida natural.
Respecto a los métodos de control mecánico de plagas, hablamos generalmente de trampas. Y aquí el catálogo es bastante extenso, ya que según el “enemigo” es preferible utilizar unas trampas u otras. Por ejemplo, ante polillas, gusanos o insectos nocturnos lo más eficiente es el uso de trampas adultas; frente al pulgón, la mosca blanca o los minadores de hojas tenemos las trampas adhesivas; las de agua también son bastante eficientes... Lo único que tienes que hacer es renovar la trampa cada cierto tiempo. Otra opción es poner bolsas a las frutas, como las de la uva, para que la mosca de la fruta no ponga en ellas sus huevos y se expanda la plaga.
Aunque en ocasiones sea difícil evitar la aparición de las temidas plagas, sí que podemos poner en marcha una serie de medidas de prevención. Una vez más, huiremos de los métodos de prevención habituales, basados en el uso de productos químicos contrarios a los principios de la agricultura ecológica y nos decantaremos por opciones que además de proteger nuestros cultivos también sean beneficiosas para el medio ambiente en general.
De hecho, muchas de las medidas que podemos tomar para evitar la aparición de plagas están relacionadas con el uso eficiente de los recursos que tenemos, por ejemplo el agua. Evitando que se inunden las zonas de cultivo reducimos la opción de que aparezcan plagas, lo mismo que con un buen uso de la materia orgánica, por ejemplo en la producción de compost, que sirve para favorecer la oxigenación del suelo y la planta, a la que aportan gran cantidad de nutrientes. Eso sí, fertilizaremos el suelo en su justa medida.
También es muy interesante seleccionar cultivos variados y de especies resistentes, que se puedan adaptar bien tanto al tipo de suelo sobre el que cultivamos como a las condiciones ambientales a las que tendrán que hacer frente. Así, obtenemos unos vegetales más fuertes y resistentes a las plagas. Hay que utilizar semillas sanas, libres de patógenos, y materiales vegetales de origen fiable. Por último, convendría controlar las malas hierbas, ya que la maleza, además de robar nutrientes a tu cultivo, puede dar pie a la aparición de plagas.
Siguiendo todos estos consejos seremos capaces de combatir las principales plagas que afectan a la agricultura ecológica, previniéndolas en muchos casos.