La sostenibilidad es una demanda generalizada en nuestra actual sociedad. Y no es para menos. Nuestro progreso tecnológico, por mucho que nos ayude, ha dejado una huella medioambiental profunda. La escasez de recursos es cada vez mayor, a la vez que aumenta la cantidad de residuos que producimos. Por ese motivo, desde hace unos años se han establecido ideas sobre un desarrollo sostenible.
Un desarrollo es sostenible cuando satisface las necesidades del presente sin poner en peligro las futuras. De esta forma, se garantiza un equilibrio económico, medioambiental y social. El desarrollo sostenible nació en 1987. Fue justo cuando se pusieron en manifiesto los riesgos de un crecimiento económico y una globalización descontrolados. Desde entonces, países de todo el mundo han estado ideando formas de equilibrar el crecimiento con la sostenibilidad. De estas ideas salen el reciclaje, el ahorro y aprovechamiento de recursos, las energías alternativas y los edificios sostenibles.
La arquitectura sostenible es un proceso de concebir edificios y construcciones que optimicen los recursos naturales y reduzcan el impacto ambiental. De esta forma, reflexiona sobre el impacto ambiental de todos los procesos relacionados con la construcción de una vivienda. Además, esto parte desde los materiales utilizados hasta la ubicación, se miden al detalle las consecuencias medioambientales que la construcción pueda acarrear.
Sin embargo, esto no solo se basa en la construcción o utilización de un edificio, sino que también engloba todos muchos campos. Por ejemplo, es conveniente que el consumo energético sea poco dependiente de combustibles fósiles y nucleares. El consumo de agua también tiene que ser eficiente, tanto en su utilización como en su captación.
Por complicado que parezca este compromiso, existe una gran ventaja: que no hay una única solución. Así, cliente y constructores pueden acordar un método de construcción. Además, de uso del edificio que satisfaga los requisitos medioambientales. Y una forma de conocer la sostenibilidad de un edificio es el certificado LEED.
El Sistema LEED (Leadership in Energy & Environment Design) es una certificación propuesta por el US Green Building Council. Esta asociación es la mayor agrupación norteamericana de entidades privadas del mundo de la construcción. Además, trabaja con destacadas agencias del Gobierno Federal. Así, el sistema de certificación LEED es el principal certificado sobre sostenibilidad arquitectónica al que se puede aspirar.
De esta forma, se fundamenta en implantar proyectos de eficiencia energética y respeto medioambiental. Además, la certificación LEED también abarca campos como la construcción y hasta la demolición del edificio.
Los principales parámetros que mide la certificación LEED son el emplazamiento, la eficiencia del agua, la energía, el ambiente y el diseño. A partir de aquí, se puntúan dichos parámetros y, dependiendo de la suma total, se tendrá una calificación u otra.
La certificación LEED se divide en cuatro categorías según el grado en que la cumplan:
¿Su principal ventaja? Que, independientemente de su nota, sabemos que un edificio con certificación LEED es un edificio sostenible.
Además, la certificación LEED no estudia solo edificios de nueva construcción. También evalúa otros tipos de obras, como el acondicionamiento interior o edificios en funcionamiento. Así, si deseas saber si tu edificio o local se adhiere a los criterios de sostenibilidad, puedes pedir que hagan una evaluación.
La certificación LEED es solo una de las muchas certificaciones en relación con la arquitectura sostenible. De hecho, dependiendo de las regiones del mundo, pueden coincidir varios sistemas, como el BREEAM 98, ECOHomes o GBC 2000. Y no es para menos, pues un presente sostenible es lo que nos garantiza un futuro respirable.