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Los arrecifes de coral llevan en nuestro planeta millones de años. Y sin duda alguna, son cruciales para la producción de oxigeno. De hecho, son considerados los seres vivos más grandes del planeta por albergar el 25 % de las especies marinas (Romero, 1998). Lo paradójico es que ocupan menos del 1% del lecho del mar. ¿Alguna vez os habíais preguntado qué son los corales y por qué son tan importantes? Tanto si tu respuesta es un sí o un no, en este artículo de ecología despejaremos tus dudas sobre qué son y cómo se forman los arrecifes coralinos.
A primera vista, los corales nos pueden parecer rocas o plantas. No obstante, los corales pertenecen la reino animal. Su estructura, que es la que nosotros vemos, no es más que un exoesqueleto que crean para protegerse. Por esta razón pueden parecer rocas. Por otro lado, tienen esos hermosos colores por las algas que viven dentro de sus tejidos.
Como cualquier ser vivo, hay muchos tipos de corales. No obstante, particularmente, los corales están emparentados con las medusas y las anémonas. Es así, ya que están denominados pólipos. Asimismo, los pólipos son carnívoros y son capaces de alimentarse de plancton por sus propios medios. ¿Cómo? te preguntarás. Estos tienen tentáculos por los que expulsan veneno y, a la hora de cazar, los utilizan para atrapar a sus presas. Sin embargo, la mayoría de ellos suelen sacar los nutrientes necesarios a través de la fotosíntesis.
Como hemos dicho anteriormente, los corales son animales y viven en colonias que conforman los arrecifes. En otras, palabras, se podría decir que los arrecifes coralinos son un conjunto de corales. Consecuentemente, están formados por cientos de miles de individuos y pueden alcanzar tamaños descomunales. En concreto, el más grande es la famosa Gran Barrera de Coral que se encuentra en Australia. ¡Mide unos 2300 km!
Por lo que respecta a su hábitat, viven en áreas cálidas, ya que necesitan la luz del sol para hacer la fotosíntesis. Y, de igual manera, están localizados en aguas poco profundas y cristalinas para favorecer a este proceso.
Los arrecifes comienzan a formarse cuando un pólipo se pega a una roca del lecho marino. A continuación, se divide en miles de clones. Más tarde, la estructura de los pólipos conecta a estos entre sí creando una colonia. Finalmente, todas estas funcionan como un organismo individual.
A su vez, al crearse estos arrecifes gigantescos, se forman grandes ecosistemas. Por lo tanto, tienen una biodiversidad muy importante. De hecho, muchísimos animales dependen de ellos para su alimentación y para vivir. Incluso para nosotros ya que nos proporcionan buenas pescas.
A pesar de ser gigantes, estos animales son muy sensibles y, si no se protegen bien, pueden estresarse. Algunos factores muy perjudiciales son el cambio climático, la contaminación o cambios bruscos de temperatura del agua. De hecho, cuando se da alguno de estos casos, pueden llegar a morir (Bikerland, 1997).
Además de los otros beneficios anteriormente mencionados, los arrecifes contribuyen de otras maneras como:
Para acabar, hay que saber que los corales están en peligro de extinción. Por ello, muchos gobiernos están haciendo esfuerzos por preservar la estructura coralina (Bikerland, 1997). Principalmente, se escenifica con una mayor concienciación de los habitantes y de los turistas.