El calentamiento global es un fenómeno que está afectando de forma directa a la temperatura de la Tierra. Según un estudio de la Universidad de Washington, la temperatura del planeta podría subir entre 2 y 5 grados durante este siglo. Descubre qué podemos hacer los seres humanos para evitar el calentamiento global.
Existen pruebas concluyentes de que el ser humano es uno de los principales responsables del calentamiento global que está experimentando la Tierra. De hecho, se estima que la temperatura del planeta podría subir en torno 2 grados centígrados durante este siglo, si mantenemos este nivel de emisiones de gases de efecto invernadero.
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Pero, aunque este fenómeno se seguirá produciendo a medida que pasa el tiempo, lo que sí que es cierto es que se pueden tomar soluciones para frenar su avance. Te contamos cuáles son las principales soluciones que se pueden tomar para combatir el calentamiento global, a continuación:
Así de sencillo y así de radical. Acabar con la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo o el gas natural, es una de las principales soluciones que proponen los expertos contra el calentamiento global.
Por ello, los gobiernos deben tomar medidas para acabar con la dependencia de los combustibles fósiles y sustituirlos por otras energías más limpias que no emitan gases de efecto invernadero como es el caso, por ejemplo, de la energía nuclear o de las energías renovables, que son la fuente energética más limpia e inagotable que existe.
Se calcula que en torno a un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero que se lanzan a la atmósfera proceden de los edificios en los que vivimos. Y es que, en un planeta cada vez más poblado y con menos recursos naturales, la demanda energética avanza a pasos agigantados y las redes eléctricas obsoletas se acaban sobrecargando.
Por ello, otra de las soluciones más eficaces para frenar el calentamiento global es mejorar las infraestructuras que forman parte de nuestra vida diaria: apostar por edificios de bajo consumo, actualizar las carreteras o mejorar la transmisión de las redes eléctricas, entre otras muchas.
El transporte es la segunda fuente a nivel mundial en emisión de gases de efecto invernadero. Por ello, una forma de acabar con la dependencia de los combustibles fósiles es emplear medios de transporte más sostenibles como la bicicleta, o elegir el transporte público como medio de locomoción en las grandes ciudades.
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La forma aparentemente más sencilla de acabar con las emisiones de gases de efecto invernadero que afectan a la atmósfera y provocan el calentamiento global es, simplemente, reducir el consumo.
Y es que al comprar menos, estamos reduciendo, por ejemplo, la cantidad de embalajes de plástico o de cartón que contienen muchos de los productos que compramos. En este sentido, también sería de gran ayuda reciclar adecuadamente todos los desechos que generamos y reutilizar todo aquello que aun nos sirva.
Los países del denominado 'primer mundo' se han convertido en los grandes derrochadores de energía a nivel mundial. En este sentido, los ciudadanos de estos países no tienen inconvenientes a la hora de dejar las luces y los electrodomésticos encendidos, o de pisar el acelerador de un coche de gasolina.
Sin embargo, todos podemos aportar nuestro granito de arena contra el cambio climático y contribuir a frenar el cambio climático si buscamos la eficiencia energética. En este sentido, podemos apostar por comprar electrodomésticos de bajo consumo, cambiar nuestro coche por un vehículo eléctrico, o sustituir las viejas bombillas incandescentes por otras más eficientes, como las bombillas LED.
Estas son algunas de las medidas imprescindibles para frenar el calentamiento global en la actualidad. Si no ponemos solución a este problema, acabaremos sufriendo las catastróficas consecuencias que conlleva.