Energía sostenible

¿Qué es y cómo funciona la energía solar térmica?

Hablemos una vez más de las innumerables aplicaciones que en nuestra vida cotidiana tiene el aprovechamiento de la energía recibida del sol. Basta levantar la vista cuando vamos caminando para comprobar que cada vez son más los edificios cuyos tejados cuentan con paneles solares. Un cambio más que estético, funcional. De entre sus distintas variantes, fijamos nuestro interés en desentrañar qué es la energía solar térmica y sus peculiaridades.

La energía solar térmica en principio no proporciona electricidad sino calor, esta es la cuestión esencial que hay que aclarar.  Aunque habría que matizar, porque existen las instalaciones de alta temperatura que mediante la producción de vapor generan electricidad. Pero, se trata de una variante a gran escala, que no se puede aplicar al consumidor doméstico o particular.



En las viviendas y edificios se colocan captadores solares de baja intensidad para abastecer, total o parcialmente, las necesidades de agua sanitaria o calefacción de sus habitantes. El ahorro energético que suponen estas instalaciones varía desde un mínimo del 25% hasta poder superar el 60%, dependiendo de sus características en cada caso. Por no hablar de la reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera que supone.

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¿Cómo funciona la energía solar térmica?

El funcionamiento de la energía solar térmica se explica sencillamente a través de los elementos de los que se componen estas instalaciones:

  • Captadores o paneles solares: recogen las radiaciones y las usan para calentar el fluido que hay en sus circuitos. Los hay de distintos tipos: planos, no vidriados, de vacío, con sistemas de concentración de la radiación o con sistemas de seguimiento de la posición del Sol. Los más habituales son los planos, perfectos para instalaciones domésticas que no necesiten superar temperaturas de 60 grados.
  • Circuito hidráulico: se trata del canal por el que se transporta el agua caliente. Lo más habitual son los circuitos cerrados (de salida y retorno a los paneles).
  • Intercambiador de calor: el elemento que permite ceder el calor generado en el fluido del circuito al agua de consumo o calefacción.
  • Acumuladores o interacumuladores: depósitos de mayor o menor volumen en los que se acumula el agua caliente de consumo para que se pueda aprovechar dependiendo de las necesidades.
  • Bombas de circulación: permiten mover los caudales de fluido y compensar las posibles pérdidas de carga de los circuitos.
  • Generador auxiliar: sistemas de energía alternativa para los momentos en los que no sea suficiente con lo que produce la térmica.

Ventajas y desventajas de la energía solar térmica

No está nunca de más volver a recordar que la energía solar, en cualquiera de sus variables, es una energía limpia, inagotable y gratuita. El Sol calienta en España durante unos 300 días al año… ¿cómo se entiende desaprovechar esta fuente de energía? Además, lejos de lo que se piensa, países que reciben mucha menos radiación como Alemania o Austria cuentan con más instalaciones solares térmicas que nosotros, ya que los captadores térmicos funcionan incluso en días lluviosos, aunque evidentemente calientan menos.

La gran pega que se le achaca la energía solar térmica es que no es una fuente continua de abastecimiento. Es cierto que está limitada por las horas de sol que, además, varían de unas zonas a otras del planeta y dependiendo de la época del año o la climatología. Sin embargo, las instalaciones actuales están diseñadas para almacenar la energía generada y poder distribuirla a lo largo del día.

Es cierto que al hablar sobre la energía solar térmica, no se puede obviar que siempre hay que contar con el apoyo de una fuente alternativa para los momentos de gran demanda de consumo o de menor radiación. Pero, si esa energía auxiliar es renovable (biomasa, por ejemplo), seguiremos manteniendo las ventajas medioambientales que tanto valoramos.

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Publicado por
Gemma García