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¿Alguna vez os habéis preguntado el impacto social y ambiental que provoca hacer una simple camiseta? Pues la moda ecológica es otra de las maneras sostenibles de consumir sin hacer demasiado daño al planeta. Como es de esperar, en este modelo de desarrollo sostenible están por encima siempre los recursos naturales o reciclados. Por consiguiente, la moda ecológica está consiguiendo estar cada vez está más presente en la industria.
La moda sostenible nace para hacer de los impacto medioambientales negativos que existen, unos más positivos que ayuden a nuestro planeta. Por ello, este tipo de moda surge de la idea de evitar el impacto social y ambiental que provoca la creación de la ropa.
Igualmente, desde esta idea, muchos diseñadores han considerado esta medida ecológica. De esta forma, han optado por utilizar materiales con menos impacto ambiental. Incluso, algunos han optado por reutilizar materiales como plásticos, y así crear ropa nueva. Así y gracias a muchos pioneros, la moda sostenible está cada vez en boca de más gente.
Como ya hemos comentado, la moda sostenible intenta evitar un elevado impacto medioambiental. En sí, su objetivo consiste en la fabricación de prendas libres de productos tóxicos y con tejidos más naturales. Así mismo, la moda sostenible responde a algunas de las siguientes características:
Una de las principales características, aparte de utilizar materiales ecológicos, es que la ropa dure más. Podemos pensar que esta ropa, al estar en ocasiones hecha con materiales reciclables, puede durar menos por mala calidad. No obstante, todo lo contrario; la moda sostenible se basa en la creación de prendas con alta durabilidad (Brown, 2010). Así mismo, se puede conseguir una buena calidad de manera sostenible. ¡La ropa ecológica puede durar años en perfecto estado!
Pero, la moda sostenible no solo consiste en la fabricación de ropa con materiales sostenibles. De hecho, algunas marcas ayudan de manera diferente al impacto ambiental que produce crear una prenda. Por ejemplo, el dinero que consiguen vendiendo una prenda, lo utilizan para plantar un árbol. Así, entre otras se pueden compensar los daños. Por esto, la ropa sostenible suele tener un coste al consumidor mayor. Sin embargo, a veces encontramos prendas muy baratas ya que algunas marcas se ahorran el sueldo de sus trabajadores.
Por otro lado, sabemos que hay mucho revuelo con la explotación infantil y la discriminación en la industria. En este caso, la moda sostenible se encarga de que las personas que están detrás tengan sus debidos derechos. Además de tener unas condiciones laborales favorables. ¡La moda sostenible es una moda ética! Por tanto, cada vez que compras una prenda ecológica puedes estar seguro de que no ha sido realizada bajo explotación. Es decir, la moda sostenible forma parte del comercio justo.
La triste realidad es que no todo es tan bonito como parece. El principal problema es que las grandes empresas prefieren la moda rápida. Esta se resume en variada, barata y estacional (López, 2012). Por ello, algunas marcas aún no han considerado la posibilidad de hacer ecológicas sus prendas. En poca palabras, algunos expertos sugieren que el cambio debiera partir de los hábitos de consumo. Por un lado, sería ideal una mayor divulgación para romper con los mitos sobre la calidad de estas prendas.
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Finalmente entendemos que apostando por la moda ética podemos combatir el cambio climático y la injusticia social que hay detrás. También, debe estar en nuestra mano no comprar de manera compulsiva y pensar en el futuro. Cuanto antes seamos conscientes de que el mundo no es infinito, antes podremos parar su deterioro.