Tras las erupciones en Guatemala y en Hawai, los científicos están trabajando en proyectos que ayuden a predecir estos eventos de la naturaleza. Sin embargo, muchos coinciden en que los esfuerzos deberían estar enfocados hacía la prevención de estos desastres naturales. En este sentido, la clave está en informar a la población sobre por qué erupcionan los volcanes y sus efectos.
A grandes rasgos, los volcanes erupcionan cuando el magma, que es una especie de roca líquida, hierve a nivel subterráneo. Esta roca, encuentra una salida al exterior y atraviesa la corteza de la Tierra, saliendo despedida a la superficie.
Esta surge de la composición de roca fundida, volátiles y material sólido. Toda esta mezcla puede llegar a temperaturas de entre 700 y 1 300 ºC. Esta temperatura depende también de la cercanía al núcleo que, cuanto más cerca está, mayor será la temperatura. Cuando esta roca llega a la superficie pasa a llamarse «lava». Si esta se enfría, se solidifica de nuevo y pasa a convertirse en una roca volcánica.
Es difícil detectar cuando un volcán está a punto de erupcionar. Según Involcan, varías semana antes comienzan a detectarse señales. Para ello, hay 3 factores básicos que se consideran elementos clave en estas investigaciones.
En cuanto a la fuerza de erupción, esta surge debido a la presión de los gases. Podemos comparar dichas erupciones con una botella de refresco. El gas se agita y las burbujas de gas suben, empujando para salir a la superficie. Aquí, las burbujas de gas son comparadas con los gases del magma. La densidad de las burbujas del volcán es bastante menor a lo que hay a su alrededor. Es por este motivo que los gases erupcionan y el magma que sale a la superficie se convierte en lava.
Si la viscosidad del magma es alta no habrá erupción. En cambio, si la viscosidad es baja, todos los gases del interior del volcán saldrán a la superficie. Este fenómeno depende también de la cantidad de gases que hay en el interior del volcán. Y, estos gases, dependen sobre todo de los materiales que se han fundido durante la formación del magma.
El periodo que transcurre desde una erupción de un volcán a otra es prácticamente imposible de averiguar. Estas erupciones no se pueden evitar. Lo único que puede delatarlas son las sacudidas del terreno o las emisiones de humo. No obstante, varios vulcanólogos afirman que la actividad volcánica está disminuyendo. Esto se debe al enfriamiento del núcleo del la Tierra.
Hay varias formas de erupciones que responden a diversos factores:
En la actualidad, son mucho los centros de investigación que monitorean la actividad volcánica. Además, en colaboración de los gobiernos se están mejorando las campañas de prevención y de evacuación.
Fuentes consultadas: