En la actualidad son cada vez más las personas que se preocupan por el medioambiente en varios aspectos. De hecho, cada vez más las fuentes de energía renovables y los recursos naturales son los protagonistas. Un ejemplo es el aprovechamiento de recursos en la construcción de edificios, y, en concreto, en la arquitectura bioclimática. Sin embargo, esto no es un concepto reciente de la arquitectura, sino que viene ya de años atrás. Sin embargo, existen muchos que no conocen las características y fundamentos de la arquitectura bioclimática. Por ello, hablaremos de sobre qué es y en qué consiste. ¡Comencemos!
La arquitectura bioclimática consiste en la construcción de edificios teniendo en cuenta las condiciones climáticas de nuestro entorno (Garzón, 2007). De esta manera, se aprovechan mejor los recursos que tenemos disponibles. Es decir, sol, vegetación, agua y lluvia. Además, conseguimos así la comodidad y la calidad del ambiente interior del propio edificio. En consecuencia, la finalidad es la de disminuir los impactos medioambientales. Asimismo, como reducir el consumo de energía. Por lo tanto, se habla de una eficiencia con la máxima calidad ambiental y una mínima inversión.
De igual forma que ocurre con los edificios, las personas que residen en ellas también tienen que adaptarse. Esto quiere decir que se produce un cambio en su conducta al inferirse de esta construcción una adaptación cultural. Consecuentemente, se genera así un equilibrio y una armonía entre el hombre y la naturaleza.
Ahora bien, una vez entendido el concepto, ¿cuáles serían las características principales de la arquitectura bioclimática?La respuesta a esa pregunta es: la comodidad térmica, los materiales con múltiples ventajas y un diseño a gusto del usuario.
Por un lado, una de las características fundamentales es la comodidad térmica. Esto significa que los habitantes podrán así disfrutar de una buena temperatura en su interior de su hogar independientemente de la estación del año. Por otro lado, cabe señalar el uso de materiales inteligentes como segunda característica principal. En este sentido, estos tienen dos ventajas:
Por último, estos edificios se pueden adaptar totalmente al gusto del usuario gracias al empleo de materiales de uso decorativo. Además, se pueden personalizar a las necesidades de los habitantes de ese espacio.
Existen diversos factores que se tienen en cuenta a la hora de construir un edificio bioclimático. Uno de ellos es la orientación del edificio con la intención de aprovechar la máxima luz solar. También es importante la ventilación correcta y los aislamientos de los muros para mantener bien la temperatura interior. Otro factor que interviene sería la utilización de materiales naturales lo más próximos posibles al lugar. Asimismo, se deben intentar reciclar todos los materiales de la construcción.
Cabe señalar también los elementos exteriores, como el jardín o la terraza, que dotan de sombra al edificio. En esta misma línea, se han de considerar el color de los techos y las paredes. Dependiendo del color, se puede reflejar la luz o absorber el calor. Por último, un factor que debemos destacar es el uso de energías renovables para no contaminar y conseguir la autosuficiencia.
En suma, como has podido comprobar; la arquitectura bioclimática tienes mucha ventajas. Además, la construcción de edificios basados en la bioclimática pone en el centro a usuario y a la naturaleza. Por ende, no solo se verá reflejado en tu comodidad, en tu bolsillo. En otras palabras, lo que define Beatriz Garzón como la racionalización de lo económico (2007) y el respeto al medioambiente. ¡Ya es hora de que te adentres en el mundo de la ecología! ¡La arquitectura bioclimática es decisión inteligente!