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La agricultura ecológica tiene sus propios trucos para que los cultivos posean los nutrientes necesarios para su desarrollo. Si buscas conseguir una buena fertilización del suelo para tus plantas, una de las soluciones más ecológicas y sostenibles es el compost. Aprende cómo elaborar compost ecológico y casero de la forma más sencilla.
El compost es un producto que se obtiene a partir de la oxidación de diferentes materiales orgánicos, como el estiércol, los residuos orgánicos o los residuos agropecuarios. A día de hoy es uno de los fertilizantes más empleados en agricultura ecológica porque no contiene productos químicos y es el mejor abono natural para las plantas.
Si quieres aprender a hacer tu propio compost casero para tu huerto, tan sólo tienes que seguir estos sencillos pasos:
El primer paso para elaborar tu propio compost es elegir el recipiente en el que vas a dejar reposar los residuos para que sean descompuestos a partir de la acción de los hongos y las bacterias.
Si tienes un huerto grande, te interesará fabricar compostaje en montón y para ello, debes escoger un recipiente que sea lo más grande posible para que en su interior se inicie la transformación de todos los desechos que viertas en compost.
En este caso, el recipiente debería tener un tamaño de un metro de alto por uno de ancho, incluso superior. Y deberás ir confeccionando el montón en capas de unos 20 centímetros de grosor. Pero si tu huerto o jardín es pequeño, puedes optar por una compostadora pequeña, incluso, te puede servir una maceta para hacer tu compost casero.
También puedes comprar un recipiente específico para compostaje o compostadora, que los venden de diferentes tamaños en las tiendas de jardinería. O también puedes fabricar tú mismo una caja de compostaje utilizando pallets de madera.
El emplazamiento que le demos a la caja o compostadora es esencial para conseguir un buen compost. Por ello, es preferible colocar este recipiente en una zona cálida que esté cerca del huerto, para que una vez elaborado el compost te sea cómodo de transportar hasta las plantas.
Una vez que tienes el recipiente y has escogido la ubicación, te toca rellenarlo con los residuos que se convertirán en compost. En primer lugar, debes poner una capa seca y leñosa de residuos, acompañados de un puñado de estiércol para que actúe como sustancia fermentadora.
En la segunda capa, debes colocar restos orgánicos y debes ir alternado capas de materiales secos con otras capas de materiales húmedos, como por ejemplo, restos de cortes de hierba, hojas secas o paja.
Cuando hayas llegado, aproximadamente, a la mitad del recipiente, debes proceder a remover bien de tal forma que todos los materiales se mezclen adecuadamente en su proceso de descomposición.
El siguiente paso, una vez removidos todos los materiales, es regar la mezcla de vez en cuando, sobre todo, si notas que la mezcla está demasiado seca. En este paso puedes volver a añadir un poco de estiércol o purín a la mezcla para acelerar el proceso de fermentación.
Una vez que lo hayas regado, puedes seguir añadiendo capas y aireando las capas de abajo, hasta que alcances la parte alta del recipiente.
Transcurridos entre cuatro y cinco meses, las capas que están en la parte inferior de la compostadora estarán fermentadas y listas para utilizarlas como compost para las plantas del huerto.
Cuando extraigas este nuevo compost, comprobarás que tiene una textura suelta, un color oscuro, incluso, que desprende un olor agradable.
Recuerda que el compost es la fórmula más ecológica y sostenible para fertilizar tus plantas, y con su uso no tendrás que recurrir a otros productos químicos que resultan muy perjudiciales para el medio ambiente. Puedes consultar los diferentes tipos de abonos orgánicos aconsejables para los cultivos ecológicos.