Aunque la sabana africana es la más conocida en el medioambiente, este bioma lo encontramos también en zonas de América del Sur, la India, Australia o el sudeste asiático. Eso sí, África es donde se concentra la mayoría de superficie terrestre ocupada por este bioma, característico de las zonas cercanas al ecuador y que cuenta con dos estaciones muy marcadas, la seca y la húmeda. Las condiciones de vida en la sabana son bastante complicadas, más si tenemos en cuenta que los países donde encontramos este bioma suelen ser países en vías de desarrollo.
Generalmente, las sabanas se clasifican según su localización geográfica, el tipo de flora y fauna, el clima y el tipo de suelo. Esta clasificación nos da cuatro tipos de sabana: empezando por la
Más allá de esta clasificación, podemos diferenciar las sabanas por su estacionalidad del año según las precipitaciones y tipos de suelo en hiperestacionales, estacionales y no estacionales, aunque la clasificación más utilizada es la primera que hemos visto.
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Según la latitud en que se encuentra, el clima será de una forma u otro -hemos dicho que puede haber sabana de clima mediterráneo-, pero una de las grandes características de este bioma es que cuenta con una estación seca y otra lluviosa. Durante la estación seca, que suele durar un mínimo de 5 meses, las precipitaciones no suelen pasar de los 100mm mensuales, y suele coincidir con el momento más “frío” del año, aunque es un bioma con un clima cálido y de media la temperatura de la sabana se sitúa en torno a los 17ºC.
Las precipitaciones no son constantes de un año a otro, y un actor como es el cambio climático puede dificultar la supervivencia de la flora y fauna de la sabana, alargando la estación seca hasta el punto de complicar la vida a las diferentes especies que viven en ella. El avance del Sáhara y la actividad humana en forma de agricultura y sobrepastoreo han contribuido a acelerar la destrucción de parte de la sabana en todo el mundo.
Uno de los factores característicos de este bioma es el fuego, que se puede producir en varios momentos del año. Pero a diferencia de lo que ocurre en otras zonas del planeta, no tiene una gran incidencia en la flora y fauna, ya que se estima que menos del 10% de las plantas mueren por culpa del fuego. Hay una gran cantidad de suelos, y la vegetación de la sabana incluye desde los grandes pastos a zonas de arbustos o árboles como los baobabs, pinos, acacias, etc. Es una flora capaz de revivir con la estación de lluvias.
Por su parte, encontramos grandes animales tanto herbívoros que se alimentan en los grandes pastos como depredadores que se comen a estos últimos. Hablamos de leones, leopardos, gacelas, perros salvajes, elefantes, jirafas, cebras, ñus, gacelas o avestruces, que suelen vivir en manada. Es bastante habitual que los animales se marchen de la sabana durante la estación seca en busca del alimento y el agua que necesitan a otras zonas con un bioma diferente donde puedan obtener este alimento.