Seguro que muchas veces has escuchado el concepto de ciclogénesis y ciclogénesis explosiva en términos meteorológicos. Estos conceptos suelen ir acompañados de fuertes lluvias y temporales. Por ello, es necesario saber cuál es su significado y cómo se forman para entender qué es cada vez que nos hablan de alguna de ellas.
Una ciclogénesis hace referencia a la formación de un ciclón o borrasca. Es fácil entender este concepto si nos centramos en la etimología de la palabra, ya que génesis significa creación y ciclón hace referencia a las borras y perturbaciones.
Debemos saber que la presión atmosférica, es decir, la fuerza que ejerce el aire sobre la atmósfera es el punto fundamental para la creación de los ciclones. La presión va disminuyendo en relación a la altura, y también influye en la temperatura. Estos ciclones consisten en zonas bajas de presiones en las que se absorbe el aire y se enfría, por lo que se produce una condensación que da lugar a las lluvias.
En definitiva, es el cúmulo de sucesos y fenómenos que provocan las creación de borrascas y ciclones.
¿Y cuándo la llamamos ciclogénesis explosiva? Pues la ciclogénesis explosiva se denomina cuando se forma una ciclogénesis muy rápidamente. Para ello, es necesario que la presión descienda hasta los 22-24 mb en 24 horas y suele darse en latitudes medias cercanas a los 55 y 60 grados, aunque pueden darse en otras.
De esta forma, es una borrasca muy fuerte que se produce repentinamente por la fuerte bajada de presión y que provoca temporales con fuertes lluvias y rachas de viento. Debemos tener en cuenta que las ciclogénesis explosivas en el mar son mucho más fuertes y generan fuertes oleajes que pueden ser peligrosos.